(Continúa Plática del Rav – Diciembre 1, 2005)

Últimamente, nuestro mundo se está acercando a situaciones, muy temibles, incorrectas, y muy amargas. Todos se encuentran bajo presión, todos sienten la amargura de la vida, y las personas no encuentran la solución. El Rav, Rabash, se preocupaba mucho sobre cómo endulzar los caminos del mundo, como llevar al mundo y a la humanidad más rápidamente y de una manera más cómoda al final de la corrección; pues tenemos que llegar a ella de cualquier manera.

Pero entretanto vamos siguiendo un camino de sufrimiento, y no el camino de la Torá.

Trabajó toda su vida sólo con este fin, para mostrarnos el camino de la Torá, cómo alcanzarlo de una manera suave, de tal forma que no hubiera guerras, y otras desgracias que sobrevienen a las personas. Pero únicamente por el deseo de la espiritualidad, salir de ese estado, y no que la humanidad necesitara sentir la presión de escapar a la corporalidad.

Pregunta: ¿Eligió este lugar para realizarlo?

Escogió ese lugar deliberadamente, pues desde aquí se podría decir que espiritualmente conducía al mundo. Lo estaba dirigiendo, lo estaba ayudando, derramaba la Luz desde aquí, esparciéndola al mundo, la Luz Superior. Y aún ahora, yo siento que desde Arriba las Luces bajan hasta aquí, y desde aquí se expanden hacia el mundo entero, como si fuera una fuente en este mundo.

Comentario: ¡Suena fantástico!

No es fantástico. Estas son cosas que cualquiera puede sentir fácilmente. Está muy cerca de lo físico. Si no lo sientes no lo sientes. Lo creas o no. Pero yo veo y sé que mi Rav fue “el último de los Mohicanos”, fue el último cabalista que tenía el mismo nivel de cabalistas tales como Rashbi, el Ari y Baal HaSulam. Tomó el método de ellos, el método teórico que las masas no utilizaban, y lo procesó de tal forma que ahora, cualquiera puede usarlo. Con esto terminó su tarea, y se marchó.

Desde entonces, no ha aparecido un cabalista así, y creo que hasta que llegue el Mesías, al final de la corrección, no volverán a existir cabalistas iguales, que pertenezcan a estas antiguas almas especiales. Habrá, eso espero, líderes que llegarán y podrán hacerse cargo de todo el mundo y conducirlo por el camino correcto. Baal HaSulam habla sobre esto en su “Introducción al Talmud Eser Sefirot (El estudio de las Diez Sefirot)”, que si al menos un cabalista dirigiera al mundo y todos, todas las personas pequeñas lo siguieran, entonces todo el mundo llegaría al fin de la corrección de una manera buena directa.