Pregunta: Siempre escucho que el Creador es bueno y que hace el bien, pero yo no siento esto, ¿cómo puedo ser feliz?
Respuesta: Estamos
acostumbrados a ser felices cuando sentimos que hemos ganado. Si el ego gana a
cada momento, si es cómodo, bueno, cálido y agradable para mí y si, el dinero
gotea en mi cuenta, “un centavo y un centavo se acumulan en una gran suma” (Baba
Batra 9b) yo disfruto.
Gracias a Dios todo está bien, pronto voy a tomar unas vacaciones, a navegar en
un crucero de lujo, en Sabbat mi equipo de fútbol favorito juega;
¡hay mucho para disfrutar en la vida!
A esto le llamamos ‘placer’, pero ésta alegría, presente o en el
futuro, es dentro del deseo de recibir. Es la forma en que vivimos. Si no
siento alegría en el presente o en el futuro, estoy dispuesto a morir. Una
persona no puede existir sin alegría, si no es ahora, entonces por lo menos la
esperanza de alegría en el futuro. De lo contrario, ‘es mejor la muerte que
vivir’ (Jonás 4: 3).
Ahora viene la pregunta, ¿cómo podemos ser felices en una
situación en la que realmente queremos la revelación espiritual, pero no la
tenemos? Si al momento no la tenemos, entonces todo es una esperanza para el
futuro; ¿estoy seguro de que al final, la tendré? ¡Está claro que en el
presente no tengo nada! ‘Un juez sólo tiene lo que sus ojos ven’
(Sanhedrín 6b), y veo que
todavía no he descubierto el mundo espiritual, no lo entiendo y no lo siento.
Pero ¿estoy seguro de que voy a descubrirlo? Si estoy en un
grupo y el grupo me irradia la confianza de que vamos hacia la revelación y
vamos a llegar a ella, entonces ¡voy a estar feliz! Los amigos me dan la
confianza de que vamos a tener éxito. Sin esto, no voy a poder avanzar; más
bien, me limitaré a dormir todo el día, así no sufriré, porque en el momento
que no tengo alegría y
no la espero en el futuro y es imposible morir, lo que queda es sólo dormir, al
menos no sentiré nada.
Esto es exactamente lo que le sucede a una persona. Es natural;
no hay nada que hacer al respecto. El punto es ¿cómo podemos hacer frente a
esto? ¿Cómo es posible estimular el entorno para que nos influya y podamos
estar felices y llenos de energía? Para ello, depende de nosotros apreciar a
los amigos y conectarnos con ellos. Además, juntos tenemos que despertar a la
Luz que Reforma, para que nos estimule todo el tiempo y nos avive. Y entonces
no sólo voy a estar excitado por las palabras de la gente, sino que voy a
recibir la iluminación de arriba a través de ellos.
A esta iluminación se le llama ‘fe’. La fe es la energía que se
invierte sin obtener nada a cambio. Parece que es imposible, pero la Luz me va
a ayudar y me dará la posibilidad de hacerlo. A esto se le llama ‘fe sobre la razón’. De acuerdo con mi
naturaleza, no estoy dispuesto a dar sin recibir algo a cambio. Pero si la Luz
me da una característica como esta, entonces puedo. Y mi felicidad no se
conectará a la satisfacción dentro de mi Kelim. Como se dice: ‘¿Quién es
rico? Quien está contento con su suerte’ (Pirkei Avot 4: 1).
¿Cuál es su suerte? ¡Él no tiene nada! Pero es feliz. ¿Tal vez
sea loco o estúpido? ¡No, realmente es la persona más rica y feliz! Los ricos
no se sienten felices porque siempre quieren mayor riqueza y, no ‘están
contentos con su suerte’. Se le llama ser rico y feliz a no necesitar nada;
imagina el sentimiento maravilloso que es esto. Incluso los multimillonarios no
se sienten así porque quieren más y más dinero. ¡Son las personas más pobres!
Una persona común no tiene mil dólares ni millones ni miles de millones.
Entonces, ¿quién es más pobre?, ¿quién necesita más? Todo depende del medio
ambiente y de la iluminación de Ohr
Makif (Luz circundante).
(De la tercera parte de la lección diaria de Cabalá, Escritos de Baal HaSulam)
(De la tercera parte de la lección diaria de Cabalá, Escritos de Baal HaSulam)
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