Al leer un artículo cabalístico, la persona necesita
sintonizarse correctamente con su percepción. Ni una sola palabra en la sabiduría de la Cabalá habla de
nuestro mundo, nunca. No existimos en este mundo. Es un mundo imaginario,
no se tiene en cuenta para nada y no encaja con todo el sistema de los mundos.
¡Simplemente no existe!
Por lo tanto, la Cabalá no habla sobre este mundo,
el cuerpo físico del hombre, ni ciertos lugares geográficos: la tierra de
Israel, el desierto del Sinaí, Egipto, o Babilonia. Sólo se ocupa de
los estados internos que atraviesa una persona en su aspiración por
alcanzar la corrección, el propósito de la creación.
Si la persona tiene el punto en el
corazón y se dirige hacia el propósito de la creación, en el camino hacia
esta meta, comienza a experimentar los diferentes estados. La sabiduría de la
Cabalá y todos los libros cabalísticos, la Torá, el Talmud, El Estudio de
las Diez Sefirót, la Mishná, y así sucesivamente, describen estos estados,
estos grados en particular. Todos los libros espirituales, “sagrados”, hablan
exclusivamente de “santidad“, es decir sobre cómo alcanzar el atributo de
otorgamiento al cual se refiere como santidad.
Por lo tanto, durante la lectura de estos artículos,
necesitamos cortar por completo con todas las imágenes materiales con las que
estamos familiarizados e imaginar solamente los grados espirituales, es
decir, los grados de acercamiento o de alejamiento de la propiedad de
otorgamiento. Ellos hablan sólo acerca de esto. Estos libros describen el deseo
creado por el Creador, su estado en cada uno de nosotros, y nuestra experiencia
en el camino en el que, desde nuestro estado actual, comenzamos a aspira al
atributo de otorgamiento, al amor por los demás, que es llamado “santidad”.
Opera una sencilla ley de física: si una persona tiene el
atributo de otorgamiento, la Luz brilla en ella; si no tiene el atributo de
otorgamiento, la Luz no brilla en ella.
Por consiguiente es necesario comprender que sin la
revelación de la ciencia de la Cabalá en los libros y sin el estudio, una
persona no puede despertar la Luz que reforma. Puede intentar arreglar sus
relaciones con las otras personas, deseando construir un mundo maravilloso,
pero no recibirá la fuerza de la Luz, la fuerza de corrección. Uno necesita
estar conectado al sistema que utiliza los libros auténticos, un grupo, un
entendimiento, y una conexión conforme a las recomendaciones de los cabalistas.
De otra forma, será imposible alcanzar la corrección.
(De la lección diaria de Cabalá, Escritos de Rabash, laitman.es)
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