El doctor Rav Michael Laitman, habla del altruismo como ley de la naturaleza, y presenta la idea de que cambiando a valores sociales para apreciar el altruismo, podremos descubrir al altruismo como la fuente de placer perfecto e ilimitado.
No es por casualidad que hemos sido creados como seres sociales. Si observamos profundamente nuestro comportamiento, encontraremos que cada acción que llevamos a cabo está dirigida a atraernos el aprecio de la sociedad. Eso es lo que nos sustenta, y su ausencia o, peor, la denuncia de la sociedad, nos causa el mayor sufrimiento.
Sentir vergüenza es lo más terrible que una persona puede experimentar. Esta es la razón por la que tendemos a tolerarla a través de los valores que la sociedad pone ante nosotros. Por lo tanto, si tenemos éxito en cambiar los valores del ambiente en el que vivimos, trayendo valores altruistas tales como el preocuparnos por los demás, compartir, y uniéndonos en la escala más alta, podemos entonces cambiar nuestras actitudes hacia los demás.
Cuando la sociedad valore a la persona solamente por su comportamiento o dedicación a la sociedad, todos necesariamente nos esforzaremos en pensar y en actuar a favor de la sociedad. Si eliminamos los galardones que damos a la excelencia individual, y apreciamos a la gente solamente por su preocupación por la sociedad, si los niños juzgaran a sus padres por estos estándares, si los amigos, parientes, y colegas nos examinaran solamente de acuerdo a cuán bien nos relacionamos con los demás, querríamos hacer el bien a todos para ganarnos el aprecio de la sociedad.
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