De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, lo ideal es “agradarle al Creador”. Esto significa que nosotros tenemos que restringirnos y recibir la Luz Retornante, lo cual a su vez significa estar dispuesto a aceptar Su forma para darle alegría a Él. Esta es nuestra meta; todas las aclaraciones y todas nuestras acciones están destinadas a “complacerlo a Él”. Es lo mismo en nuestro mundo cuando, al querer complacer a alguien, yo acepto sus deseos como si fueron mis propios deseos.
Pero, en general, el ideal en nuestro mundo es “presumir” ante los demás, de acuerdo con sus valores, ya sea con respecto a la riqueza, al respeto, al control o al conocimiento. ¿Cómo quiere alcanzar éxito y grandeza las personas? Ellas lo hacen sintiendo que “yo” soy importante. Esto podemos verlo claramente en la generación más joven que crece con sus instintos naturales en busca de valores. Al descubrir todo lo que es importante para los demás, el joven anhela el éxito de acuerdo a la escala de valores que le dicta la sociedad.
Entonces, ¿Ante quién queremos presumir, ante el entorno o ante el Creador? Esta es la diferencia entre el mundo y aquel que anhela corregirse a sí mismo con la ayuda de la sabiduría de la Cabalá. Nosotros queremos avanzar y ser compatibles con el Creador, ser iguales a Él, y por medio de eso darle alegría a Él. El parecido es posible gracias a Su fuerza. Tenemos que realizar las acciones adecuadas para que Su fuerza influya en nosotros y ésta haga que nos parezcamos a Él.
Este trabajo es llamado “Torá y mandamientos”. Torá es la Luz que Reforma, es decir la Luz que nos corrige. En otras palabras, nosotros queremos corregirnos a nosotros mismos y no al mundo. Esta es toda la diferencia entre los que trabajan con la sabiduría de la Cabalá y los que trabajan con cualquier otro método.
La sabiduría de la Cabalá es el método para la corrección del hombre. La persona avanza al nivel en el que ella misma se corrige haciéndose semejante al Creador. Por esta razón la persona necesita la sabiduría de la Cabalá, la sabiduría de la Luz. Si no tiene la meta de la autocorrección, ella no trabaja con la sabiduría de la Cabalá, sino con algo más.
Aquí es donde yace la gran diferencia entre todos los tratos dentro del mundo y el trabajo de las personas con el “punto en el corazón” quienes estudian y cumplen con la sabiduría de la Cabalá. Para ellos lo importante son los cambios internos constantes. Los otros tratan de mejorar sus vidas mediante el uso de aquellos que los rodean. Aquí hay una diferencia muy grande. Mientras el mundo presenta la “percepción moral”, nosotros avanzamos de acuerdo con el método de la Torá, es decir de acuerdo a la Luz que Reforma, o en otras palabras, de acuerdo con el método de la Cabalá.
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