¿Qué son los deseos o almas que se fragmentaron? En algún momento, todos estábamos unidos por una única pantalla. Pero llegó la Luz que permitió que cada uno de nosotros comprendiera que somos distintos. Todos otorgamos, pero cada uno lo hace a su manera, aunque aspiremos a alcanzar la misma meta, el Creador.
Es como si varios miembros de una familia se unieran para alimentar a un bebé. La mamá le sirve la papilla, la abuela quiere darle leche, y el abuelo insiste que el pan es bueno para la salud del niño. Cada uno quiere darle algo al mismo bebé, pero en el proceso discuten entre sí.
Es por esta razón que los deseos se fragmentan pues se rompe la conexión entre ellos. Y puesto que desaparece la conexión que los une, también se pierde la posibilidad de otorgar al Creador.
Tenemos que comprender qué fue lo que se fragmentó y solamente entonces comprenderemos lo que necesitamos corregir. Descubriremos que la única forma de construir un ser humano (la línea media) es reuniendo todas las piezas del alma que han perdido su conexión entre ellas.
Sin embargo, entonces quedará claro que la única forma de unir las piezas es alrededor de este bebé que las unía.
Supongan que toda esta familia comienza a odiarse, -la madre, el padre, la abuela, el abuelo y otros familiares- pues cada uno está tan ansioso de atender al bebé según su propio criterio, que rechaza las opiniones de los demás.
Por lo tanto, ¿qué es lo que puede unirnos de nuevo? Solamente el amor al bebé. Cada uno de nosotros entonces estará dispuesto a elevarse por encima de su propio egoísmo e inclinar la cabeza por el bienestar del niño.
Es por eso que la unión entre nosotros es posible solamente si queremos alcanzar el otorgamiento al Creador. Todos nosotros nos uniremos a Él en un Todo.
(laitman.es)
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