Sólo un alma fue creada: el alma de Adam HaRishon.
Después fue dividida en 600,000 almas. Y cada alma se dividió en varias
chispas. Y ¿cómo podría dividirse lo espiritual?
Y realmente no hay sino una sola alma, que existe en todo
Israel, en cada uno está en completitud, así como en Adám HaRishon.
Pues lo espiritual no es divisible, sino más bien se divide como una fuerza en
el cuerpo de cada uno. En el comienzo, el cuerpo (el deseo) se divide e impide
la Luz de Neshamá en
él, y con la fuerza de las correcciones, el cuerpo se purifica y en la medida
en la que el cuerpo se purifica, la Luz del alma lo ilumina.
Por lo tanto, en el valor del cuerpo físico (el deseo de
recibir) hay 2 estados:
1. Cuando siente que
su alma es una partícula especial, y no entiende que es todo Israel; y esto es
realmente un defecto.
2. Cuando la luz del
alma de todo Israel, no lo ilumina plenamente, sino que ilumina parcialmente,
sólo en la medida en que se ha purificado a sí mismo, en el estado de regresar
a lo colectivo.
Y la señal es, si corregimos el cuerpo completamente, que sienta
que su alma está en todo Israel, en cada uno, por lo que, tampoco se siente
como una partícula. Debido a esto, depende de ello. Y entonces él está puro,
sin defecto, y el alma verdaderamente fluye en él con toda su fuerza, tal como
apareció en Adám HaRishon.
Las 3 veces para el hombre:
a. Una chispa del alma,
la acción a través del camino de las chispas (permitido y prohibido).
b. El alma privada, una
parte de 600.000, y constantemente completada, pero el defecto está en
él, y no pueden recibir la totalidad del alma y se siente a sí mismo como una
partícula privada, que todavía le causa mucha de agonía de amor.
c. Luego se aproxima a
la completitud, el alma colectiva, pues el cuerpo ya se ha purificado y
es todo santo para el Creador, y no hace cálculos, ni acuerdos, y está
totalmente incluido en todo Israel.
Hemos estudiado, que incluso un hombre, si se acerca a su Señor
con un arrepentimiento íntegro, inmediatamente llegará el Rey Mesías. Lo que
significa, como está escrito, Moisés es un valor de seiscientos mil. De acuerdo
con esto, ¿dos veces 600.000 almas, son el alma de Moisés y las almas de
Israel?
Sin embargo, no hay sino una sola alma, que se
conoce de acuerdo a las puertas de cada alma que se purifica. Por lo tanto, en
la corrección de todas las almas, atraerá, a todos ellos al estado del alma
Superior de Atzilut, a cada alma, pues la espiritualidad no se divide. Y entonces,
el Creador fue un Señor en toda la tierra. Y mientras falte un alma en la
pureza completa, esta continuidad de la santidad faltará en cada alma de
Israel.
Y asimismo con la purificación de un alma de Israel
de todas sus impurezas, atraerá a ella todo el estado del alma de Atzilut, y
como resultado, toda la generación de almas será corregida. Y esto depende de
ello, como está escrito, que era digno de que la Shejiná estuviera
en él, sólo que su generación no era digna de eso. En que el alma que adquirió
la purificación, se esfuerza en elevar la gracia de la generación, y pedir por
ellos, hasta que eleva a toda la generación a su grado. Y es por eso que está
escrito, que Moisés es un valor de 600.000. Porque él era su pastor fiel, por
lo tanto, tuvo la misma santidad que era digna de toda la generación.
La totalidad se encuentra en cada parte, porque en el tiempo venidero, todas las almas se unirán en una, en su arrepentimiento, a sus raíces espirituales. Por lo tanto todos los milagros, maravillas y los viajes que el mundo ha estado experimentando en seis mil años, tienen que pasar en cada alma privada. Y el alma buena atrae a ella todos los estados de santidad que están antes y después de ella. Y el alma mala hace lo contrario.
Los tiempos que cambian sobre él, son las generaciones, sólo que cada generación actúa hacia él como su juez, su mente que lo juzga, en eso recibe de la santidad en ese momento.
Por lo tanto, cada alma está preparada para inhalar en ella el alma de Moisés, Aarón, Samuel, David y Salomón, es decir, en la forma de los tiempos que pasan por él. En el exilio de Egipto y la recepción de la Torá, el alma de Moisés se revela en él. Y en los siete que conquistó el alma de Josué. Y en la construcción del templo, el alma del rey Salomón.
La totalidad se encuentra en cada parte, porque en el tiempo venidero, todas las almas se unirán en una, en su arrepentimiento, a sus raíces espirituales. Por lo tanto todos los milagros, maravillas y los viajes que el mundo ha estado experimentando en seis mil años, tienen que pasar en cada alma privada. Y el alma buena atrae a ella todos los estados de santidad que están antes y después de ella. Y el alma mala hace lo contrario.
Los tiempos que cambian sobre él, son las generaciones, sólo que cada generación actúa hacia él como su juez, su mente que lo juzga, en eso recibe de la santidad en ese momento.
Por lo tanto, cada alma está preparada para inhalar en ella el alma de Moisés, Aarón, Samuel, David y Salomón, es decir, en la forma de los tiempos que pasan por él. En el exilio de Egipto y la recepción de la Torá, el alma de Moisés se revela en él. Y en los siete que conquistó el alma de Josué. Y en la construcción del templo, el alma del rey Salomón.
Y el significado no son los detalles de estas almas,
más bien, según el principio que establecimos que lo espiritual no se divide, y
tan pronto como se adquiere el grado de alma, se adquiere el alma de todos los
de Israel, sólo en función del lugar y el valor de su pureza, por lo tanto, en
los momentos en que se le conceden estas maravillas, a continuación, recibe en
sí mismo la plenitud del alma en esa revelación, y por lo tanto el nombre del
propietario de esa revelación se encuentra en él.
Todos los de Israel son hijos de reyes. Y cuando un
rey muere, todos los de Israel son dignos del reino. Pues todas las
generaciones anteriores, que son sólo una preparación para el reino,
necesitaban vasijas especiales para atraer a sus jueces, como el alma de
Moisés, Samuel, y otros. Pero el último objetivo depende de todos los de
Israel, pues si falta una pequeña parte de una pequeña chispa, el final no
podría ser revelado. Y por lo tanto todos los de Israel son dignos del reino.
Porque son todos iguales en este verdadero estado. Y por lo tanto, no hay
vasija especial para atraer a esta totalidad; más bien cualquiera que purifique
y clarifique su alma, es digno de la revelación de la Maljut al
mundo, y será llamado el rey David mismo. Y esto es como está escrito, el Rey
David, Rey de Israel está Vivo. Porque él no murió en absoluto, y su vasija se
encuentra en cada alma de Israel. Mientras el alma de Moisés, sólo existe en
los estudiantes sabios en todas las generaciones, y en los profetas y
sacerdotes.
Y que está escrito, que un rey que muere, todos los
de Israel son dignos. Y que está escrito, junto con el Mesías, la insolencia
aumentará. En que si es de un alma humilde, una fuerza brillará para atraer su
reino al mundo, como si se tratara de la mayor de la generación. Pues también
el alma humilde en su raíz, si tuviera que dirigir sus deseos a direcciones
deseables, ganaría al atraer a su alma, el alma colectiva, de todo lo que era
antes de él, porque todos son como una preparación para su integridad. Por lo
tanto, todas las almas privadas deben probarlo todo, y él adquiere su mundo en
una hora, de la virtud de esa generación, para atraer la corona de su reino,
que lo incluye todo.
Y que está escrito, que incluso un hombre, si recibe
el arrepentimiento completo, el Mesías llegará de inmediato. Que si un hombre
ganara la misma alma, sería capaz de ganarla para toda su generación, pues si
se compromete a ello, ha dado a toda la generación su compromiso, y podrá rezar
mucho y soportar la ruptura delante de él, hasta que gane para toda su
generación.
En comparación con las redenciones anteriores, eso
fue una preparación, que no perteneció a cada detalle. Al igual que la entrega
de la Torá perteneció sólo a la generación del desierto y Moisés, su cabeza. Y
todas las otras generaciones, a pesar de ser más puras, no lo atraerían.
Pero el estado del Mesías, está listo para
todas las generaciones, y por lo tanto lista para todos y cada uno.
Pues el Mesías es la corrección de las vasijas, ya que todas las vasijas
son iguales, y toda la división se encuentra en su JaBaD, a
sus valores. Y por lo tanto, desde el ministro, hasta el trabajador, todo el
mundo sirve igualmente para regresar la corona a su lugar; y en esto no hay
diferencia entre una persona y su amigo.
(kabbalah.info/es)
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