Es una etapa que toma mucho tiempo atravesarla, años. En el doble ocultamiento la persona no sabe exactamente, aproximadamente o levemente qué es otorgamiento, solo repite lo que está escrito en los libros, y por eso le es difícil- porque todas las palabras son artificiales, como un niño que se dedica entretanto a imaginar su vida como la auténtica vida. Hasta que llega al estado en que la Luz Superior influye sobre él a tal grado que comienza a valorar el otorgamiento, y empieza a imaginar el otorgamiento como salida de sí mismo hacia los demás. Y eso se denomina que ha llegado al ocultamiento simple. Y entonces comienza a exigir el descubrimiento del otorgamiento. Ya es claro para él que es mediante la Luz que reforma, ya ve que todo es realizado por la Fuerza Superior y que él solamente puede despertarlo a través de toda clase de actos y no más. Y aquí se sitúa frente a la exigencia – que debe ya mismo recibir la Fuerza Superior que se cimente en él, que constituya en él el atributo de otorgamiento.
Para estabilizar correctamente la imagen, la persona tiene que verse a sí misma como que se halla en el recuento, y todo lo hay en su interior es lo que el Creador le muestra – no hay ninguna casualidad en el mundo, no hay ninguna fuerza extraña y todo es una representación hacia la persona – desde los que más odian hasta los amigos, incluida la Divinidad – todo se encuentra dentro de la percepción, de su apreciación, y conforme a eso, uno tiene que recibir la imagen del mundo, reaccionar y relacionarse a todas las cosas de manera más adulta..
En todo suceso de su vida, la persona debe hacer un comienzo de cálculo, si llega mediante su relación con los detalles del suceso a la adhesión, al contacto con el Creador que se sitúa tras ellos – porque para uno ellos son las demostraciones, los signos, lo que uno debe corregir para que desaparezcan esas imágenes, y descubra finalmente a la Luz que lo ilumina. Todo eso es a través del juego "Ven al Faraón" – que pedimos la Fuerza de otorgamiento que nos gobierne a través de la Luz que reforma. Y así salimos de Egipto e ingresamos al desierto, donde comenzamos a aumentar esa Fuerza, a adquirirla, trabajar con ella y avanzar ya hacia la espiritualidad, hacia la Tierra de Israel.
Siempre surgirán problemas y tenemos que estar constantemente alertas y demandar la conexión. Si hubiéramos hecho esto, habríamos corregido estas cosas – y no es que no sucederán, y volverán a pasar por situaciones más graves, sino que podamos resolverlas con mayor rapidez.
El avance es con la rapidez que resolvemos las situaciones que se nos revelan. Y no adentrarse con aclaraciones, sino elevarse por encima de ello – tengo ahora un pensamiento malo sobre ti, y debo sobreponerme inmediatamente a él y comprender que me fue dado para que sin demora me eleve por sobre él.
Es imperativo que haya un fuego que arde en el interior – enojo, envidia, y por encima de eso amor y buena actitud, y yo siento a los dos. Si no es de este modo la persona no se halla en el camino. Y en consecuencia sabremos como pasar de aquí a allá de manera más fácil y estar en los dos (estados) juntos, y no avergonzarnos por cada situación que pasamos.
(kabbalah.info/es)
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