A las cualidades
espirituales se les asignan diferentes nombres: Nefesh (alma), Ruaj (espíritu), Neshamá (alma). Comenzamos a unirnos al mundo espiritual al recibir el
nivel de Ruaj.
Nefesh, es el nivel de la Santidad inanimada, cuando una
persona no puede moverse por sí mismo. Él llega a la lección y piensa que todo
está bien, que no se requiere nada más de él: hoy es lo mismo que ayer y mañana
será lo mismo que hoy. No explota y no lamenta permanecer en el mismo estado,
sino que está bastante feliz de que otro día ha pasado y que todo está bien. Él
acepta la rutina diaria.
Pero es también un logro si una persona está en el grupo,
tratando de no interferir en su avance, dispuesto a ayudar a todos, y apoyar al
grupo. Él apoya lo que otros están haciendo. Pero no muestra ninguna iniciativa
especial: no tiene el nivel de Ruaj. No hay ninguna nueva fuerza creciendo en él.
Y entonces es llamado Nefesh de Kedushá (de Santidad).
Pero aun así llega a las lecciones y estudia, desearía que todo
el mundo estuviera en el nivel de Nefesh de la Santidad. Sin
embargo, esto es llamado “espiritualidad” del nivel de Ruaj. Ruaj significa
que una persona ya tiene algo que puede añadir. No está de acuerdo en
permanecer en el nivel de la naturaleza inanimada. Si ve que nada ha cambiado
desde ayer y que no cambiará mañana, entonces para él es como estar muerto.
No es sólo un estado de naturaleza inanimada sin movimiento,
sino una sensación de muerte, lo cual significa que es el peor estado. Y
entonces se pregunta a sí mismo, qué más puede añadir. Mientras tanto, lo único
que puede añadir son sus acciones, Baal HaSulam dice en el artículo “La
libertad” que una persona no tiene otros medios para cambiar su estado sino
elegir el entorno correcto.
Una persona que elige una influencia más fuerte del entorno es
digna de alabanza. Es a través de esto que puede avanzar y no gracias a las
buenas obras. Él no puede hacer ninguna buena obra, ya que no somos los amos de
nuestras acciones. Pero gracias a haber elegido un buen entorno que puede
influirlo fuertemente, él comienza a moverse.
Con el fin de comenzar a moverte por ti mismo y convertirte del
nivel inanimado al vegetativo, elevarte del nivel de Nefesh al nivel de Ruaj,
para volverse un persona espiritual, tengo que evocar constantemente a los que
están a mi alrededor y elegir un entorno cada vez más fuerte que me influya más
y más fuerte y me ayude a volverme más espiritual.
Mediante esas acciones, constantemente añado más de mí mismo al
grupo y este constantemente me influye y yo anhelo la espiritualidad, el
otorgamiento, más y más. Resulta que añado al otorgamiento y finalmente,
alcanzo el siguiente nivel que es llamado Neshamá.
Actúo hacia todos los otros y soy influido por ellos a través
del grupo que me influye. Así, con su ayuda, constantemente influyo en mí y me
elevo. El entorno sirve como una palanca para elevarme cada vez más alto.
Me elevo a través del entorno y quiero comenzar a evocarme a mí
mismo, conectarme con este de la forma más eficiente y práctica. Quiero
incrementar mi asidero a la espiritualidad para no ser pasivo bajo su
influencia y esperar que este me cambie, sino que quiero otorgar al entorno yo
mismo, hacerlo más fuerte, para que me influya de forma más fuerte.
Entonces nos conectamos con el entorno y nos elevamos el uno al
otro hasta el mundo espiritual, esto significa que alcanzo el nivel de Neshamá.
Lo principal aquí es no relajarme de manera que “cada día sea
como el otro”. Debe haber una renovación constante, si no, entonces
inmediatamente caerás a un estado de muerte. –no es tan fácil ponerse de pie de
un estado de muerte. Es imposible hacerlo de un solo salto con el fin de
regresar al estado previo. Es imposible regresar al mismo estado.
Tenemos que hacer
una corrección: un nuevo nacimiento y un nuevo crecimiento, todo de nuevo.
Pero si una persona no siente que debe levantarse de
nuevo, significa que ni siquiera siente su muerte, sino que en realidad ha
perdido su consciencia.
(De la primera parte de la Lección diaria de Cabalá, Escritos de
Rabash, laitman.es)
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