Se ha dicho: “Creé la inclinación al mal, creé la Torá
como condimento… porque la Luz en ella la reforma”. De parte del creado,
uno toma su egoísmo, su maldad, y por otro lado, toma la fuerza de otorgamiento
del Creador, la Luz. Y de estos dos complementos forma su nueva construcción
llamada “Adam” (hombre), de la raíz hebrea – semejante al Creador.
Allí dentro está mi egoísmo, pero por fuera me asemejo
al otorgamiento, o sea – por dentro recibimiento y por fuera otorgamiento. Por
eso, esta acción se llama “recibir con la intención con el fin de otorgar”, y
este trabajo se lo conoce como trabajo en 3 líneas: derecha, izquierda y media.
Las líneas derecha e izquierda bajan de Arriba, del
Creador; y la Línea Media sube de abajo hacia Arriba, del hombre. Sobre la
línea izquierda se dice: “creé la inclinación al mal”; sobre la línea derecha
se dice: “creé la Torá como condimento” y a la Línea Media le corresponde la
parte que dice: “porque la Luz en ella lo reforma”; porque entonces pasas a ser
como Yo. Yo soy bueno y benefactor y tú también, por ello te llamarás – el que
se asemeja al Creador.
(Reflexión diaria, kabbalah.info/es)
0 comentarios:
Publicar un comentario