PREGUNTA: ¿Si una persona
no existe excluido de los otros, entonces porqué cada uno de nosotros tiene
una sensación de que la realidad es creada para él y que el Creador se
relaciona con él personalmente?
RESPUESTA: Este es un grado
de exclusividad que cada uno de nosotros posee. Viene a nosotros del Creador y
constituye nuestra raíz que nos hace diferentes uno de otro. Esto nos obliga a
cada uno a implementar nuestra condición de ser únicos, al ser cierto que “el
mundo es creado por mí”. Esto es lo que toda persona debe declarar y validar
para sí mismo. Sin embargo, no debe ser hecho a “expensas” de los otros, sino
para el beneficio de otros.
Yo soy el que corrige este mundo; las otras personas son sólo
parte de mí. Este hecho me obliga a tratar a los otros como si dependieran de
mí. Tengo que unirme a ellos con el poder de mi amor y yo soy el que
lo define.
Cuando mi punto se conecta con sus puntos, yo me convierto en su
“cabeza”, es decir la cabeza de un cuerpo que es llamado el “alma común”. Soy
yo el que está tomando decisiones, creando conexiones y llenándolas con la Luz
del Creador porque para ellos yo represento la fuente o el Creador. Hay alguien
más, y ese eres tú. Tú eres el que hace lo mismo al conectar a otras personas
(incluido yo) a ti. Tú, también, te conviertes en una cabeza de nuestro cuerpo
universal, pero es un cuerpo diferente porque en tu caso está identificado por
tu actitud correcta hacia otros.
Así, cada uno de nosotros es una personalidad única y no bloquea a
las otras, sino que las complementa. Tú sientes la actitud personal del
Creador, pero Él puede relacionarse contigo sólo a través del grupo.
Similarmente, te relacionas con Él sólo a través del grupo.
El Creador es eso que se revela en la conexión entre nosotros.
La Luz Superior se asienta específicamente dentro de los deseos de
otorgamiento y la conexión entre las almas. Cuando todas las propiedades de
otorgamiento se unen, la vasija para la revelación del Creador (una red de
otorgamiento) se devela.
El deseo en sí mismo experimentó la Primera Restricción (Tzimtzum
Alef) y dejó de recibir. Recibir es posible sólo a través de los lazos que
conectan todos los deseos en un lugar donde una pantalla y la Luz Reflejada
están presentes.
(De la lección diaria de Cabalá , laitman.es)
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