PREGUNTA: ¿Qué pasa con el individuo después de su muerte? En
otras palabras, ¿es un asunto del alma?
RESPUESTA: Primero que todo, el ser humano no muere; es solo el ser humano el
que muere. Entonces, ¿cuál es el asunto? El cuerpo muere y nuestros cinco
sentidos dejan de funcionar y de transmitirnos impresiones y nuestro cerebro
físico deja de funcionar y de transmitirnos impresiones de los cinco sentidos.
Entonces, ¿qué hay con eso?
Tenemos cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto, y
todos estos sentidos se conectan al cerebro. Al lado del cerebro tenemos la
memoria y los hábitos, así como todo lo que hemos recibido del medio ambiente y
de nuestras reencarnaciones previas. Como resultado, este cerebro me brinda las
imágenes del mundo, aquí atrás de la cabeza; una imagen ante mí que creo es la
correcta.
Así es que además de todo esto decimos que el individuo desarrolla
un sistema totalmente separado, el cual comprende cinco sentidos que son grados
del deseo de recibir, llamados Keter, Hojmá, Biná, Zeir
Anpin and Maljut - grados de coerción de los cuales
recibimos impresiones que están detrás del Majsom (pantalla).
Y en esta pantalla que está ubicada por encima de la suma total de sus
impresiones, él ve la imagen de su Mundo Espiritual, pero sólo si tiene
el Majsom.
En el sistema corporal - un
sistema corporal y este es el espiritual - la imagen del mundo es revelada a él
naturalmente, su cuerpo funciona por sí mismo y él no tiene que hacer nada
salvo añadir cosas a su memoria. Y así su mente se convierte más y más capaz de
procesar asuntos delicados, él entiende mejor las conexiones y como resultado,
la imagen del mundo se hace progresivamente más clara. Justo en la manera en
que un bebé, un adulto y una persona mayor ven el mundo.
De la misma manera, excepto aquí (en el sistema
espiritual), eso no depende de la experiencia física que simplemente se
desarrolla a través de los años, sino que depende de la Pantalla actual, donde
el individuo básicamente determina la relación entre sus vasijas y la Luz
Superior.
Sin embargo, esta imagen también es una imagen interna, no
externa. Todo existe en el interior, dentro de las vasijas de la persona. En el
exterior, tanto de lo corporal como de lo espiritual no hay nada más que
el Atzmuto (Su Esencia).
Ahora, ¿qué pasa con la parte que una vez usamos para sentir y que
ahora está muerta? ¿Qué significa “muerta”? Quiere decir que ya no se encuentra
activa en nosotros. ¿Sufrimos a raíz de eso? Sí, la extrañamos ¿Por qué? Porque
si no moramos en esa parte corporal, no logramos llegar al nivel cero, el nivel
de la elección, y por lo tanto, no puede haber elección. Eso únicamente puede
suceder cuando, con cada uno de mis discernimientos yo moro en mi cuerpo, y la
espiritualidad es algo nuevo y desconocido en mí.
Yo ya podría estar en la espiritualidad, en algún nivel, digamos,
habiendo corregido 40% de mi vasija, y todavía estaría desconcertado con
respecto a ese 40% de mi vasija ya que no sé lo que es, es contrario a mi
naturaleza y estoy constantemente confundido.
Así es que, ¿cómo puedo seguir viviendo si todavía no existo en el
nivel del 40%, ya que el nivel del 40% ahora ha sido oculto de mí, con el
propósito de permitirme llegar al nivel próximo?
Yo permanezco aquí, en mi cuerpo -Lo estoy dibujando aquí, pero
tomen nota que esto no es espiritualidad- así es que existo aquí en el mi
cuerpo, y eso es precisamente lo que me permite tener un libre
albedrío con respecto a los discernimientos espirituales. Es como si en cada
momento naciera de nuevo, como un bebé descubriendo la nueva espiritualidad.
Es por esto que la elección y los exámenes sólo pueden ocurrir
mientras se está en el cuerpo. Hemos reencarnado muchas veces a fin de alcanzar
“el punto en el corazón”, por lo que tendremos que continuar reencarnando hasta
que nos demos cuenta de nuestra elección de lograr el fin de la corrección
del “punto en el corazón”.
(kabbalah.info)
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