Rabash,
tomo 3, artículo, Distintos estados – El esposo y la esposa han sido honrados –
La Shejina reina entre ellos.
Cabe
preguntar: ¿acaso
son opuestos el uno a la otra? ¿Y cómo es posible, que entre ellos reine la
paz? Pero precisamente cuando el hombre es digno, o sea, convierte la recepción
en el otorgamiento, que se llama la recepción para el otorgamiento, entre ellos
reina la paz.
Sin
esto no hay acuerdo entre ellos: simplemente uno se somete al otro, y la
categoría de sumisión no corresponde al amor y la perfección, porque el sometido
siempre espera recuperar su fuerza del poder.
En
la ciencia
Cabalá la parte
femenina representa la recepción y la masculina – el otorgamiento. En cada alma
existe la parte femenina y masculina, la fuerza de la recepción y del
otorgamiento, el deseo de disfrutar y la pantalla, y estos tienen que estar
equilibrados entre sí. El deseo de disfrutar, la fuerza femenina, es la fuerza
base, la creación, pero por encima de ella tiene que estar la pantalla. Y la pantalla es
la fuerza masculina.
Si
estas fuerzas están equilibradas entre sí, se llaman, el hombre, la mujer y la Shejina, la fuerza del Creador
entre ellos. Ellos trabajan con la luz superior, con el Creador, y Él les llena
con la ayuda de la fusión de choque. Aparece la unión de estas tres fuerzas: el
hombre, la mujer y la luz superior, que llena la vasija.
Pero
en nuestro mundo la fuerza del Creador está oculta. Los hombres y las mujeres
existen por separado. Nadie les obliga a unirse y no podemos encontrar la
conexión entre ellos. Si vamos a buscar la luz, la fuerza del
Creador, esto nos obligará, a los hombres y a las mujeres, unirse
entre nosotros, porque sin una correcta conexión no podremos descubrir al
Creador.
El
marido y la mujer – la Shejina (la presencia del Creador) entre
ellos. De este modo tendremos por la fuerza llegar a una correcta conexión
entre el hombre y la mujer, para que puedan descubrir entre ellos el mundo
superior.
(laitman.es)
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