La ley de
la equivalencia espiritual en forma habla de una semejanza o
desemejanza de intenciones.
En el
mundo espiritual se miden sólo las intenciones (los pensamientos). La
naturaleza del hombre es pensar en sí mismo y su propio provecho, mientras que
la Fuerza Superior que dirige nuestras vidas y toda la realidad, actúa sólo por
amor; para dar, otorgar. Así, en el plano espiritual existe una inversión de forma
entre el ser humano y la fuerza que dirige nuestras vidas. Por lo tanto, si
nuestro deseo es conocer y entender el Gobierno sobre el mundo, tendremos que
adquirir el atributo de otorgamiento.
Mientras
sigamos pensando sólo en nosotros mismos y en nuestro beneficio, no podremos
saber las causas de lo que ocurre a nuestro alrededor y dentro de nosotros, ya
que quedaremos en un estado opuesto al de la Fuerza Superior. Sólo si
encontramos la manera de elevarnos por encima de nuestro egoísmo, liberándonos
de la autopreocupación, alcanzaremos la medida de equivalencia de forma, como
dijeron nuestros sabios:
“Así
como Él es misericordioso, también tú serás misericordioso; así como Él es
piadoso, también tú serás piadoso”.
De esta
manera penetraremos en un mundo nuevo, de otorgamiento, generosidad y amor. Por
consiguiente, lograremos experimentar el bien y la felicidad; ¡la Meta y el objetivo
principal de la Creación!
(La voz de
Cabalá)
0 comentarios:
Publicar un comentario