Cuando la persona completa sus correcciones, alcanza
el último grado, el final de la corrección, “Gmar Tikkún”.
El próximo nivel que sigue se llama “Mesías”, el
Redentor. La Luz que una persona recibe de este grado es tan fuerte que le
ayuda a corregir su propia naturaleza, a transformar el egoísmo innato en
altruismo y a cambiar el “corazón de piedra” (Lev HaEven) en el
“corazón vivo” (Lev
Basar).
Entonces uno se eleva a los grados supremos de
adhesión con el Creador, llamados 7º, 8º, 9º y 10º milenios. Como Baal HaSulam
escribe, hay individuos que alcanzan estos grados, mientras que viven en este
mundo.
El artículo “Visión del Rabí Jiyá” en el Libro del Zohar narra cómo después de la muerte del
Rabí Shimon, su discípulo, el Rabí Jiyá, no podía entender por qué su Maestro
no llegó al grado final, la corrección final, el Gmar Tikkún.
La respuesta se da en el mismo artículo: hay una
corrección final personal y general. A pesar que los hombres justos alcanzan su
corrección final personal, sólo la corrección general de todas las almas
elevará a todos a un grado mayor, cualitativamente nuevo, de adherencia con el
Creador.
(kabbalah.info/es)
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