PREGUNTA: Tengo una sensación
desagradable que incluso dentro de cien años que no entenderé los textos del Zóhar.
¿Qué debo hacer?
RESPUESTA: Así
como el hombre quiso “adquirir” este mundo en el pasado, ahora quiere adquirir
toda la espiritualidad. Este deseo por sí mismo está muy bien, pero en el
momento en el que ocurre tal pensamiento, la persona debe entender que aquí hay
una paradoja: yo alcanzo la espiritualidad cuando
renuncio a todo.
¿Cómo puedo yo, con mi gran deseo,
desear tanto la espiritualidad y al mismo tiempo,
renunciar a todo? Esto es imposible, a menos que reciba del entorno la
segunda fuerza la fuerza opuesta a mi deseo de alcanzar la espiritualidad sin
ningún tipo de conexión con los demás: “¿Porqué me ocupo de ellos? ¿Quiénes
son? ¿Es que en alguna medida existen? ¡Yo sólo tengo que tratar con el
Creador! Y en lo que a mí respecta, todos pueden desaparecer. “Así es el
hombre, y todo el que es mayor que su amigo tiene un egoísmo mayor.
Sin embargo, a pesar de todo esto, aun
así alcanzo total devoción, en la que me someto a todos y quiero solo otorgar,
a tal punto que no conseguiré nada de ellos, y yo ni siquiera sabré que estoy
otorgando. Es así porque el solo pensamiento del otorgamiento es ya una
recompensa. El entorno debe capacitarme para que yo lo
haga.
Por un lado, está la fuerza cruel e
incontrolable dentro de mí: el deseo de disfrutar, y tanto como me sea posible.
Simplemente estoy ardiendo con el deseo de alcanzar la espiritualidad. Por otro
lado, a través del grupo, la Luz tiene que influirme con los atributos
opuestos. A esto se le llama “Aviut (grosor) del deseo del inferior
y la pantalla de Arriba”. Y entonces tendré la vasija (Kli) para
la revelación espiritual.
(De la lección diaria de Cabalá, El Zóhar,
laitman.es)
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