PREGUNTA: ¿Cómo
calmamos el ego, que exige llenado constantemente?
RESPUESTA: Tú nunca
serás capaz de superar tu ego con tu propia fuerza. Incluso si piensas que en
el pasado fuiste capaz de hacerlo, fue sólo una ilusión. Tú simplemente
llenaste tu deseo de recibir placer.
Estamos pasando por un período de
preparación, y en su primera etapa parece que somos capaces de lograr algo con
nuestra propia fuerza, de avanzar con la ayuda de los conocimientos
superándonos nosotros mismos. Pero todo termina después de que nuestro deseo de
recibir tiene algún llenado. Sin embargo, sin este deseo no serías capaz de
estudiar y obtener las bases para comenzar el trabajo espiritual. En
otras palabras, al principio eres guiado por tu ego, y esto es llamado “siete
años de abundancia”.
Entonces
repentinamente te enfrías al estudiar, te sientes cansado de todo y te quedas
sin combustible. Ahora has entrado en la segunda etapa del período de
preparación. Ya no estás dirigido por el ego y necesitas un nuevo estímulo: los
estudios con intención y el entorno.
Ahora tienes que avanzar al recibir la
fuerza del grupo y no de tu propio deseo. El propósito de tus estudios no
debe ser el de obtener conocimientos, sino construir la intención correcta
para tus deseos, la cual recibes del grupo. Debes unirte con el grupo con el
fin de revelar al Creador. Por ahora
lo estás haciendo por el bien de ti mismo. Sin embargo, haciendo continuamente
este trabajo y como resultado de la influencia de la Luz, tú
gradualmente comienzas a sentir que el otorgamiento es bueno. Recibes el deseo
de otorgar del grupo y empiezas a exigir esta cualidad de tus estudios.
El otorgamiento te
libera del ego, de tu inclinación al mal y te eleva por encima de esta vida
corporal.
Más tarde,
debido a la influencia de la Luz Superior y la conexión con
los amigos en el grupo, empiezas a entender que tu meta no es revelar al
Creador y el mundo espiritual, sino más bien adherirte a Él, otorgarle a Él en
lugar de recibir de Él. Por medio de unir Israel, la Torá, y el
Creador en uno, al esforzarte en darle placer al Creador, recibes la fórmula
perfecta para tu ascenso espiritual.
(De la
lección diaria de Cabalá, “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”,
laitman.es)
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