Cuando se habla de los “mandamientos”, se
piensa sobre los deseos que unen a mí y las otras personas. Dentro de mí tengo
613 (TARIAG) deseos, que me unen con todos. Son estos que debo corregir con ayuda de la Luz que
retorna a la Fuente (que se llama la “Torá”).
Si no trabajo para unirme con el
prójimo, entonces no tengo nada para corregir. Al estar solo uno no tiene nada
con que pueda llegar al Creador. El no tiene nada excepto una chispa
espiritual y sus deseos animales, los cuales no requieren
corrección.
Si tienes deseo de corregirte, entonces
debes mostrar el lugar de la rotura, ¡pero no lo tienes! Al estar solo uno no
puede romperse. Por lo menos se necesita de dos personas. Por lo tanto
todos los 613 deseos, que corregimos con la ayuda de la Luz que retorna a la
Fuente, es la corrección de nuestras conexiones rotas con otras personas.
Y la Luz que llenaba este espacio que nos
conecta y mantenía nuestra conexión, se desapareció y ahora debemos
atraerla de nuevo y ponerla en su puesto. Pero cuando la Luz llega, primero
corrige el lugar de nuestra conexión y después lo llena.
(Reflexión diaria, kabbalah.info/es)
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