Conociendo
la creciente curiosidad de los niños y la angustia de muchos padres, hemos
decidido reunir algunas sugerencias prácticas respecto a cada tema -basándonos
en la sabiduría auténtica de la Cabalá-, que se relacionen con los asuntos del
alma, la educación, y las magníficas preguntas que hacen los niños. ¡Que las
disfruten!
Una respuesta a cada pregunta
Ser padres
nunca será una tarea fácil. Además de las largas horas de insomnio y de nuestra
preocupación por la manutención y el bienestar de los niños, vemos que la tarea
más desafiante de todas es la de dar una respuesta a cada pregunta que nos
plantean.
Seguramente
muchos de ustedes se sienten familiarizados con la situación en la que un niño
abre sorprendido sus ojos grandes y curiosos, inocentemente los mira a ustedes
fijamente, y sin misericordia alguna comienza a hacer preguntas sobre el
significado de la vida y su propósito. En esos casos, no importa si se es
seguidor del Dr. Spock, o ferviente lector de Tracy Hogg (autora del éxito de
ventas titulado “Baby Whisperer”), probablemente uno se quedará sin respuestas,
ya que las respuestas a esas pregunts no se encuentran en los libros.
Éste es
precisamente el motivo por el cual hemos decidido dedicar el primer consejo de
esta sección a cómo responder a las enormes preguntas que hacen los chicos que
crecen en nuestros hogares. ¿Debemos decirles lo que pensamos, aún cuando la
pregunta no es tan “fácil de digerir”, o debemos evitar darles una respuesta
confusa, y dejar que luchen con esa pregunta en una etapa posterior de sus
vidas?
Siempre diga la verdad, pero sea cuidadoso y considerado.
“Sea
directo con el niño hasta el final, de otra forma no ganará su confianza, ya
que los niños son sensitivos a cualquier falsedad, por más benigna que sea”
(Yanush Korchak)
Ante todo,
sepa que los niños son sensibles por naturaleza. Si detectan que algo se
lesoculta, puede desbaratar todo el sistema de confianza y respeto mutuo con
sus padres.Por ello, si uno posee información importante o la profunda
comprensión de lo que es la vida, no lo oculte a sus hijos. Ellos tienen sed de
adquirir ese conocimiento.
Es siempre
preferible no ocultarles la verdad a los niños. Por otro lado, no es necesario
abrumarlos con asuntos que aún no pueden asumir, por no estar emocionalmente
preparados para hacerlo. En términos prácticos, si la verdad no es simple,
trate de simplificarla y de adaptarla al mundo imaginario del niño, de una
forma suave y no amenazadora, para no estresarlo. Recuerde que cada historia
que le cuenta a su niño toma vida y se convierte en realidad. Su obligación
como padres es de ser sensitivos al desarrollo emocional y mental de sus hijos.
Podrán revelarles un nivel adicional de la sabiduría de la vida que han
acumulado a través de los años dependiendo sólo de la madurez emocional de
ellos.
Por lo
tanto, a veces es mejor esperar que la petición de adquirir un mayor
conocimiento nazca del niño mismo, para que sienta que no lo están “empujando”
a algo que ni siquiera ha pedido. La expresión de su disposición le indicará
que está preparado para absorber una respuesta más profunda. Escúchele con
mucha atención y observe su reacción a lo que usted le dice, es así como podrá
asegurarse que no lo está abrumando demasiado, y confundiendo.
Y si no
conoce la verdadera respuesta a sus preguntas, no tenga miedo de admitirlo,
pero no evada su responsabilidad hacia ellos, que consiste en buscar respuesta
a sus preguntas, junto con ellos. Como Albert Einstein dijo una vez, “Lo
importante es no dejar de preguntar”.
La gran rebelión, y la pequeña también…
Como
padres, tenemos la tendencia a darles un montón de consejos a nuestros hijos,
pero muchas veces escuchan con cuidado y luego van y hacen lo completamente
opuesto. Por algún motivo, en la mayoría de los casos, el individuo siente la
necesidad de hacer exactamente lo opuesto a lo que se le ha explicado, y de
descubrir soluciones que son mejores ymás apropiadas que aquellas que han sido
puestas a prueba por sus padres: vivir su propia vida. A pesar de que no
siempre se triunfa, nadie parece escapar a esa aspiración.
Casi todos se han rebelado contra sus padres en algún momento. Pero, cuando vemos crecer a nuestros hijos pequeños, una de las cosas que más tememos, es que ellos hagan lo mismo.
¿De dónde surge esa aspiración a rebelarse contra toda la herencia de la previa generación?¿Cómo podemos lidiar con este fenómeno eficientemente, sin imponer nuestra opinión y sin dañar el desarrollo del niño?
Dando consejos honestos y amistosos
La Cabalá
explica que cuando se le pide a alguien que cambie, naturalmente la persona se
resiste a hacerlo, porque la aspiración al cambio no ha nacido de ella misma, y
no siente que el cambio le represente beneficio alguno. La verdad es que en la
mayoría de los casos, quien se resiste a cambiar tiene la razón. ¿Por qué?
Porque la mayoría de los consejos que recibimos de nuestros padres es
resultado de los modelos de pensamiento que ellos absorbieron en su niñez, y
era apropiado para ellos, no para nosotros. Por eso, subconscientemente, los
consejos de los padres les sirven primeramente a ellos, no a los hijos, y por
lo tanto, son inaceptables.
De igual
manera, es importante entender que subconscientemente, todo padre tiene la
esperanza de que su hijo siga su ejemplo. Por lo tanto, le inculca sus propios
conceptos y valores.
Para crear
un intercambio de comunicación sano con un niño, debemos entender que cada
nueva generación tiene valores nuevos y distintos a los nuestros, que no están
de acuerdo con nuestras expectativas. Si ignoramos este conflicto entre las
aspiraciones de los padres y el nuevo nivel de desarrollo del niño,
inevitablemente estaremos provocando que se rebele.
Por medio
de la observación de la naturaleza del hombre, los cabalistas han llegado a
concluir que la única forma que un niño escuche a sus padres, es si éste siente
que seguir ese consejo lo va a beneficiar. Por ello, es conveniente darles
consejos o una explicación que les haga sentir que al aceptarlo, ellos
personalmente ganan algo que no está necesariamente conectado con sus padres.
Eso requiere que los padres sean honestos consigo mismos, y que examinen la
esencia de sus consejos. Deben preguntarse continuamente, “¿A quien le está
sirviendo este consejo en realidad?
Es
primordial que los consejos no sean dados en la forma de “Lo que se debe y lo
que no se debe hacer”, sino de tal forma que el niño entienda por sí mismo,
dentro de sí mismo, lo que tiene que hacer. De esa manera, no sentirá que se le
está forzando a seguir cierto proceso en su vida contra su voluntad, sino que
la idea del cambio se ha desarrollado independientemente dentro de él mismo.
Otro punto
interesante que mencionan los cabalistas, es que en lo más profundo de su
corazón, cada niño añora tener un amigo verdadero. Una de sus más grandes
aspiraciones es descubrir amigos verdaderos, aunque sean sus hermanos o padres.
Por ello, para crear un verdadero diálogo con los niños, los padres deben
aprender a ser buenos amigos, y hermanos mayores. Deben tratar de crear un
ambiente de confianza mutua que no esté basado en el honor o el control, sino
en una verdadera amistad y relación para alcanzar cualquier objetivo común que
esté basado en el amor incondicional.
¡Buena
suerte!
(kabbalah.info/es)
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