Nukva (el deseo femenino)
recibe todo de Zeir Anpin (su esposo) incluyendo la Luz de la
corrección, que hace de ella un recipiente (Kli) llamado “la noche”, y la Luz del Llenado, que la
llena cuando ella alcanza el estado de adultez y recibe Luz del otorgamiento
que se llama “el día”. Las horas del día son diferentes estados en que ella
recibe Luz para otorgar en diversos grados.
El tiempo es el cambio de la iluminación dentro de Nukva, dependiendo de hasta qué punto, está preparada
para la unión con Zeir Anpin y cuánta Luz de Corrección recibe de
él. O sea, que el tiempo son las etapas de la corrección de Nukva, que tiene que pasar poco a poco. Ella no
determina qué etapa está pasando, sólo determina la velocidad a la que se
efectúan estos cambios.
Después de la mañana obligatoriamente llega el medio día, y
después del mediodía, la tarde, y después la noche; este orden no se puede
cambiar. Pero la velocidad a la que los estados se van a reemplazar, depende
solamente de su petición (Hitaruta de Letata: despertar desde abajo). Si ella no
quiere, desde arriba no llegará nada.
Tal ley funciona también en el mundo espiritual, en las relaciones entre
el inferior y Superior, el Creador y la creación. Y lo mismo vemos en el
nuestro mundo. Nos parece que el deseo masculino rige el mundo, pero en
realidad, todo lo determina el deseo femenino. Es precisamente su deseo lo que
origina los cambios en el mundo.
(laitman.es)
(laitman.es)
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