Diez generaciones pasan desde Noé hasta Abraham (diez siempre se refiere al nivel total del reconocimiento, desarrollo y crecimiento completo). Durante este tiempo los discípulos de Noé dominaron y asimilaron su método, es decir que podían controlar el atributo de otorgamiento, el atributo de Jesed, al cual simboliza el agua.
El agua es la fuente de vida de todo en este planeta. Un embrión
en el vientre de su madre está rodeado por agua. El agua es la mayor fuerza del
mundo. Toda la tierra en realidad está cubierta de agua. Los continentes apenas
sobresalen un poco por encima del agua. ¡La cantidad de agua por dentro y por
fuera del planeta tierra es indescriptible! Cuando estudiamos otros planetas
primero que todo tratamos de encontrar si allí hay agua y oxígeno. Pero el
oxígeno solo es parte de la composición del agua.
La adaptación del atributo del agua (El atributo de
misericordia) hizo posible que las personas se conectaran más correctamente y
vivieran en paz en la antigua Babilonia. Allí había unidad en la nación, una
única familia, unas personas que se entendían unas con las otras entre los
babilonios.
Hace cuatro mil años, cuando las diez generaciones después de
Noé aprendieron y completaron el atributo de Jesed,
se estableció la comunidad de la antigua Babilonia, un prototipo de nuestra
civilización actual.
Es realmente gracias al hecho de que el pueblo de Babilonia alcanzó el
bien, relaciones mutuas correctas en un estado pacífico, que fue necesario el
siguiente salto con el fin de continuar su desarrollo. Esto se debe a que Adam y
las veinte generaciones después de él (diez generaciones desde Adam hasta Noé y diez generaciones desde
Noé hasta Babilonia) descubrieron que la humanidad necesitaba alcanzar una semejanza
y equivalencia de forma completa con el Creador. La siguiente fase del ascenso
tomó lugar en Babilonia.
(Del Kab.TV “Historias breves”)
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