“¿Por qué exigieron
los cabalistas que cada persona estudiara la sabiduría de la Cabalá?”
“Porque hay un gran
beneficio, maravilloso e inapreciable, para los que se involucran en la
sabiduría de la Cabalá: Que aunque no entiendan lo que estudian, mediante el
gran deseo y anhelo de comprenderlo, despiertan las Luces que circundan sus
almas.”
“Quiere decir que se
le ha prometido a cada persona de Israel (los que desean unirse al Creador),
alcanzar, a fin de cuentas, todos aquellos logros maravillosos que diseñó el
Creador en el Pensamiento de la Creación, para beneficiar a todos los creados.”
(Rabí Yehuda Ashlag
“Introducción al Estudio de los Diez Sephirot”)
En la Cabalá, Adam
(Hombre, en hebreo, y el personaje bíblico) tiene un sobrenombre: haRishon (El Primero, en hebreo). Esto no
significa que haya sido el primer hombre sobre la tierra, sino que fue el
primero en el que apareció el deseo de encontrar el propósito de su existencia.
Adam descubrió que éste es llegar a ser similar al Creador –la Fuerza Altruista
que crea vida– y alcanzó su objetivo. De hecho, su nombre da testimonio de su
logro ya que se compone de las palabras hebreas Adamé LaElyón, “Yo seré como el
Altísimo” (Isaías 14:14). En otras palabras, Adam fue el primer individuo en la
historia de la humanidad que percibió al Creador conscientemente, y de acuerdo
a los cabalistas, lo alcanzó.
En esta época, casi seis mil años después de Adam, el tema del propósito de
nuestra existencia se está despertando en un número creciente de personas.
La incapacidad por
encontrar una respuesta a la pregunta “¿Cuál es el significado de mi vida?” lleva
a mucha gente a la desesperación, la desilusión, el divorcio, la violencia
(racial, doméstica e internacional) y hasta el suicidio. El cabalista Rabí
Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) escribe en una de sus composiciones más
importantes, El Estudio de las Diez Sefirot, que su libro
está dirigido a cualquier persona que se cuestione acerca del sentido de la
vida. Explica que la única razón por la que apareció en este mundo la sabiduría
de la Cabalá era ayudarnos a responder a esta única interrogante.
La Luz que Reforma
En la Introducción al
Estudio de las Diez Sefirot, Rabí Ashlag pregunta, ¿por qué dijeron los
cabalistas que todas las personas deben estudiar la Cabalá? Y responde que
quienquiera que lea los libros de la Cabalá, aún sin comprenderlos, atrae una
Luz especial desde Arriba que brilla en el alma de cada uno.
Esta Luz Superior es
la Fuerza que creó todas nuestras almas, la cual nos corregirá y en última
instancia, nos llenará de placer. Cuando la Luz “toca” el alma por primera vez,
evoca en ella una sensación de querer corregir todos “los malos deseos”, por lo
que se le llama “la Luz que Reforma”. A medida que progresamos en su estudio,
la Luz nos “muestra” que no hay nada malo en nuestros deseos en sí. El único
mal consiste en que el Creador es una fuerza altruista que crea vida y nosotros
no lo somos. Y puesto que el propósito de la existencia es llegar a la
semejanza con el Creador, nos sentimos insatisfechos al ser diferentes.
Una vez conscientes de
nuestra desigualdad con Él, deseando ser corregidos, la Luz “concede” nuestro
deseo y lo desempeña. Es decir, la Luz nos muestra no sólo quiénes somos, sino
también quién es el Creador y cómo podemos asemejarnos a Él.
El comprender
significa sentir
Cuando estudiamos la
Cabalá, debemos desprendernos completamente de todo lo que hasta ahora
sabíamos. Tenemos que estar abiertos a todo un conjunto de nuevos conceptos ya
que es la única forma en que podremos andar por el camino que los cabalistas
nos han preparado.
Por ejemplo, los
cabalistas siempre agregan un sufijo a sus frases: “y que te quede claro”.
Esto no quiere decir
que debemos comprenderlo con el intelecto, sino que debemos experimentar y
sentir la realidad que nos están describiendo; vivirla, de hecho.
La ventaja del estudio
de la Cabalá
Los cabalistas, sin
embargo, nos dijeron que el estudio no debe restringirse sólo a quienes se
cuestionan acerca del significado de su vida o que desean la corrección. Por el
contrario, abrieron la sabiduría a todos. Nos explican que la Luz Superior brilla
sobre quienquiera que esté leyendo los textos cabalistas, sin importar si el
deseo de alcanzar la espiritualidad aún no se ha despertado en ti. A medida que
lees, la Luz brilla y subconscientemente te va acercando al Creador.
Si nuestro propósito
en la vida es llegar a ser como el Creador—y esto es precisamente lo que nos
enseña la Cabalá—entonces el estudiarla nos pone con “un pie en el acelerador”
para llegar a este fin, y nos ahorra muchas penalidades. De hecho, tan sólo
estudiar el material disipa los dilemas y los problemas. A fin de cuentas,
todos los conflictos tienen que ver con el propósito de la existencia. Por lo
tanto, en cuanto trabajas directamente con esta finalidad el resto de las
dificultades sencillamente se desvanecen.
Los libros y demás…
En nuestra generación, los libros que atraen la mayor cantidad de
“Luz que Reforma” a sus lectores, son los libros de Rabí Yehuda Ashlag. Sus
obras—que interpretan los escritos de los más grandes cabalistas, como Rabí
Shimon Bar-Yojai y Rabí Yitzjak Luria— nos ayudan a estudiar la Cabalá de
manera que atraiga la Luz más potente. Y al mantenernos enfocados y
conscientes, mediante un lenguaje claro y directo, los libros, además de los
diversos recursos multimedia disponibles hoy en día, ayudan a nuestra
generación en especial, a evitar el sufrimiento y alcanzar la paz y la
tranquilidad.
(kabbalah.info/es)
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