De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, el “cuerpo” del Partzuf es llamado un deseo de recibir con el
fin de otorgar, y el “alma” es la Luz que lo llena. Con el fin de
adquirir un alma, estamos construyendo una conexión entre nosotros, es decir que
construimos un deseo de otorgar a partir del deseo de recibir. Con el fin de
hacer eso, nos conectamos con el grupo por encima del ego renunciando al deseo
de recibir, y dándole el uso opuesto; por lo tanto el deseo de recibir trabaja
con el fin de otorgar.
El cambio del ego al otorgamiento lo realiza el Creador, yo lo
obligarlo a Él a hacerlo por medio de mi trabajo en el grupo, en el entorno,
como se nos dice: “Mis hijos me han vencido”. Él opera en mí y entonces mi
deseo de recibir puede trabajar en el otorgamiento.
En consecuencia, yo trato a los amigos de esta manera y ahora
podemos establecer la conexión entre nosotros al construir formas de
otorgamiento a partir del espesor del deseo de recibir, lo cual lo convierte en
la pureza del deseo de otorgar.
El deseo de recibir se divide en cinco capas de “espesor”, desde
la fase raíz hasta la fase cuatro, y además existe en él un “embrión
espiritual”, un punto en el corazón (•) que me evoca constantemente, que me
“sacude”. Con el fin de llenar el “punto en el corazón”, yo entro en el grupo y
convoco sobre mí mismo la Luz que Reforma, la Luz Circundante. En primer lugar,
ésta realiza “la primera restricción” en mí, según la cual yo no puedo tomar en
cuenta mi deseo de recibir. Entonces puedo incluso trabajar con mi deseo de
recibir para otorgar, no en espesor sino en pureza, que también se divide en
cinco niveles. Por consiguiente yo adquiero cinco Luces: Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya, y Yejida, de abajo
hacia arriba NRNHY.
Así pues, mi deseo de otorgar se forma del deseo de recibir que
había anteriormente dentro de mí. Este deseo de otorgar es llamado “un
recipiente para el alma”. ¿Por qué para el alma? Debido a que por encima de
este nivel nosotros recibimos regularmente la Luz, utilizando el espesor de la
raíz, la primera y segunda fases (NRN), mientras que las Luces de Jaya y Yejida
no puede recibir la Luz regularmente y por eso ellas nos alcanzan sólo como una
iluminación (HY).
(De la lección diaria de Cabalá, "Cuerpo y alma", laitman.es)
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