Esto es posible sólo cuando la persona está agradecida de que ha recibido tal anhelo. Entonces ella incrementa la importancia de la meta por sí misma, la importancia del siguiente nivel. Además, esto es posible, si por encima de todo esto, también desarrolla dentro de ella otra deficiencia, el ascenso no para su propio bien, sino para traerle contento al Creador. Es como el famoso ejemplo del anfitrión que desea complacer al huésped.
Así, la persona se prepara para recibir ayuda desde Arriba, la cual hará que su deseo sea correcto. Incluso si la persona no entiende hasta qué punto nuestra cuenta en realidad es egoísta, esto no hace ninguna diferencia, y por el momento, esto también es suficiente. Más tarde ella verá que su cuenta no está limpia. Por ello, el tiempo de preparación se llama Lo Lishma (no en beneficio de Ella).
Se trata de una cuenta natural egoísta y es imposible saltar de una sola vez por encima de todo nuestro ego. Este se abre gradualmente según la medida en que podamos hacer un esfuerzo y trabajar contra él, contra las cosas que encontramos agradables, contra de nuestros hábitos, y según la medida en que estemos dispuestos a dar un paso sobre nuestro orgullo con el fin de conectarnos con los demás.
Todo esto no es sencillo, pero si la persona le presta su atención constantemente a esto, ella avanza. Nuestro problema es que todos están tratando de escapar y de esconderse en un rincón, de ocultarse detrás del estudio, detrás del deseo de conocer lo que está escrito, lo cual no tiene nada que ver con el progreso espiritual y la corrección interna. La persona llena su mente con hechos secos y descuida el trabajo en el corazón.
El trabajo en el corazón está operando en contra del corazón, con el fin de convertir el “corazón de piedra” en “corazón de carne”. Pero nosotros nos olvidamos dónde debemos hacer nuestro principal esfuerzo. Todos encuentran algún lugar cómodo y creen que han encontrado el camino. Por lo tanto, la persona desciende incluso desde Lo Lishma, puesto que Lo Lishmá es cuando, a pesar de estar en mi ego yo todavía hago algunos esfuerzos para elevarme por encima de él.
¿Dónde está el trabajo diario para conectarme con otros, para conceder, para dar un paso sobre mí mismo, para anular mi “yo”, para aceptar la importancia de la opinión del grupo, para convertirme en un esclavo de la misión? ¿Puedo yo examinar y ver el estado en que me encuentro? Esto se llama Lo Lishmá.
Todo el trabajo de Moisés en Egipto es un ejemplo de trabajo en Lo Lishmá. Él quiere escapar de la esclavitud, pero tiene miedo porque sabe que está bajo el dominio del Faraón, de su ego, y no sabe cómo hablar con él. Esto llega a un estado en el que el Creador mismo lo toma y lo trae a Faraón, y le ayuda en todo lo que hace.
El Creador mismo combate al Faraón. Él dice: “¡Ven al Faraón!” Pero, mientras tanto, la persona está temerosa. Ella sabe que el ego la controla totalmente y sabe lo débil que es cuando se enfrenta con él. Ella está en un constante dilema: Por un lado, está lista, y por el otro no lo está. Si al menos pudiera pedirle al Creador que fuera delante de ella, sólo para ocultarse detrás de Él, y así pararse ante el Faraón, pero ella realmente no quiere ir y no tiene las agallas para volverse no sólo hacia su ego, sino hacia sus propios atributos, llamados “la nación de Israel”.
Pero al estar en un sistema que la conecta con el Faraón, el Creador, y la nación, ella tiene que aclarar todas estas conexiones. No puede esconderse detrás de alguna teoría o algún trabajo que es sólo un medio. Es muy importante aclarar qué significa Lo Lishmá.
Cuando la persona entra en estado de Lishma (por bien de ella), las cosas se vuelven más claras y más decisivas. Nosotros no podemos decir que se hagan más fáciles, pero uno se beneficia de la experiencia. Entre tanto, sin embargo, durante el tiempo de preparación, la persona se escapa hacia algún rincón lista para sentarse allí hasta su último día. Es un gran problema si el grupo no la estimula y la guía. Ella tiene que sentir que es más baja que ellos para escuchar lo que ellos dicen.
El sentimiento de impotencia por un lado y la necesidad de avanzar por el otro, son un estado que se llama Yomim Norai’im (los días del temor). La persona está en un estado de ansiedad puesto que no le teme a no ser capaz de llenar el deseo del Creador, a no ser capaz de permitir que Él se revele a todos los seres creados, a no ser capaz de sacrificarse por la convergencia del Creador a los seres creados.
Todo esto evoca el temor en ella. Ella realmente quiere cumplir con esta etapa en la práctica, para que esta sea llamada el principio de un año nuevo para ella.
(De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 14 de Septiembre del 2012, laitman.es)
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