Maestros y niños necesitan moverse juntos en la misma meta, con
el maestro en si estando en el mismo desarrollo hacia la misma meta. Basado en
su experiencia el maestro muestra al niño ligeramente más de lo que el niño
conoce. Si todo el mundo está en el mismo camino la humanidad llega a ser como
criaturas dirigiéndose hace la misma gran meta juntos. Se les enseñaría a los
niños como si estuvieran en la selva- lo que es permitido, lo que no, lo que es
bueno, lo que es malo, qué es peligroso y qué no.
Esta es la manera de enseñar como manejarse en la
naturaleza con el fin de alcanzar la meta con los padres y niños estando
juntos. Juntos somos un alma, y cuando estamos juntos este mundo conseguimos
fuerza y seguridad, y los niños son iguales a todos.
Lo clave aquí es la unión que se debería usar en
juegos y explicarles a los niños “Estoy en esto contigo, igual que tu y jugando
contigo”. De esta manera los padres juegan con el niño y con toda la humanidad.
Es por esto que la actitud de los niños hacia los padres, educadores y todos
cambia al momento que empiezan a aprender la sabiduría de la Cabalá. Llegan a
ser amigos mutuamente, vinculados en un solo meta, en un sistema. El estudio
transforma al niño en un compañero activo que es igual que el adulto. Qué gran
orgullo y confianza el niño recibe de aquello.
En la educación de acuerdo a la sabiduría de la
Cabalá hablamos sobre la conexión mutua entre el maestro y el estudiante con
ambos en el mismo proceso por la misma razón y meta. La única diferencia es que
el uno es grande y el otro pequeño. El más grande toma al más pequeño de la
mano, y sabiendo qué hacer lo conduce hacia la meta.
(kabbalah.info/es)
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