Cuando la Luz deja el Partzuf, queda en él una
mínima chispa de Ésta, que se llama Kista de Hayuta (pequeña bolsa de fuerza de vida). Esto es similar a una persona
que está dormida, a la que le han abandonado sus fuerzas; sin embargo, no la
consideramos como muerta, ya que todavía permanece en ella un poco de vida, lo
cual le va a permitir volver a un estado normal. Este registro de
datos, Kista de
Hayuta, recibe la Luz Retornante, la cual viene del Superior.
Kista de Hayuta es un punto que
separa dos estados diferentes. Es como una persona hambrienta que ha olvidado,
por completo, el estado de satisfacción anterior y, está lista para recibir una
nueva satisfacción o llenado. Aquí, también, uno se libera por completo de las diez Sefirot anteriores
y está listo para recibir otras diez nuevas. Por lo tanto, este punto, que ya
no tiene nada del estado anterior y no ha adquirido todavía nada del estado
futuro, se llama la mínima chispa de la vida.
Por esta razón, encuentro el antiguo estado deficiente,
en relación con el nuevo. Lo rechazo y sigo adelante. Como estoy, ya, pensando
en otorgar en el siguiente estado, tengo que empezar de cero. No tengo nada. No
deseo cargar con mi antiguo equipaje. Sólo quiero otorgamiento y sé que éste no cuenta con viejas
posesiones. Empiezo el viaje con las manos vacías, como el que va hacia el
exilio.
Tiempo atrás, los primeros Jasids (que
eran cabalistas) tenían una costumbre como ésta. Uno dejaba su casa y no
llevaba nada con él. Sólo tomaba consigo la ropa que llevaba puestas, el cayado
en su mano y nada más. Ni siquiera se tomaba un pedazo de pan consigo por si
acaso. Simplemente uno se va; eso es todo, sin saber qué es lo que pasará y no
se vuelve antes de seis meses o un año.
¿Estás listo para comenzar un nuevo camino hoy?
(De la tercera parte de la lección diaria de Cabalá sobre Talmud Eser Sefirot, laitman.es)
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