PREGUNTA: ¿Cómo
podemos explicarles a las personas que en realidad existe una sola alma de Adam
HaRishón (el primer hombre)?
RESPUESTA: Existe un deseo de recibir y está lleno de Luz. Este estado es llamado Ein Sof (Infinito). No hay fronteras, tiene límites; sin importar el tamaño del deseo, la Luz lo llena al máximo. Esta es la razón por la cual en la espiritualidad todo se mide no por medio de parámetros cuantitativos, sino cualitativos. Si hay “un gramo” de deseo, hay “un gramo” de placer que se corresponde con él, y esto ya es Ein Sof, sin límites, la Luz y el deseo son iguales.
Al mismo
tiempo, cuando el deseo de recibir llega a conocerse a sí mismo más
profundamente, descubre dentro de él una mayor intensidad cualitativa hasta que
alcanzar el círculo central llamado el alma de Adam HaRishón.
Dentro de mi deseo de recibir, en mi Maljut, yo obtengo el del cual
provine y por qué razón. Entonces realmente quiero unirme con la Luz, y recibir
el alma de Adam HaRishón.
Baal
HaSulam nos da el ejemplo del huésped que
le dice al anfitrión que quiere ser como él.
- Bueno,
dice el anfitrión, haré eso por ti.
Entonces,
el invitado elimina la Luz, pero, de hecho, actúa contra el anfitrión y
comienza a alejarse de él en busca de un estado en el que pueda demostrarse a
sí mismo y al anfitrión que puede ser como él, para demostrarle al anfitrión
su verdadero otorgamiento.
De la
misma manera, Adam HaRishón quiso saborear del “árbol del
conocimiento” usando todos los medios posibles, lo cual significa recibir la
Luz en sus vasijas de recepción, con la intención de otorgar. Este fue el
“pecado del árbol del conocimiento”, que es similar a la “ruptura de las
vasijas” en el mundo de Nikudim, pero de una manera más revelada.
Aquí ya hay detalles como: “serpiente”, “Eva”, el “Jardín del Edén”, y “El
infierno”, es decir que hay partes enteras del deseo de recibir cuya esencia y
meta ustedes ya la saben. Así que ustedes penetran en la profundidad del deseo
que fue creado por el Creador. Éste se vuelve más detallado, más claro, más
maduro, como una fruta que está madurándose en un árbol.
Esta
fruta promete sabores maravillosos y evoca una gran pasión en ustedes. La
primera probada fue realmente con el fin de otorgar: Adam y Eva recibieron toda
la Luz de Ein Sof, pero aún no tenían el deseo completo con las
Reshimot (genes espirituales) dirigidas hacia este placer. Pero más tarde,
cuando las nuevas Reshimot, los nuevos sabores penetran en el
deseo, ellos no pueden renunciar a la intención egoísta en el segundo intento,
o más exactamente, no pueden evitar caer en la tentación. Después de todo, no
existen “circunstancias restrictivas” en la espiritualidad. Allí todo se
resuelve con el deseo, y si yo quiero robar, robo.
Ahora
tenemos que corregir esos deseos, las vasijas. Cuando nosotros las corregimos,
volvemos al alma corregida de Adán HaRishón.
¿Por qué
es uno para todos? Esto se debe a que todos alcanzan la unidad con todos los
demás. Después de todo, la corrección es en realidad la conexión con todos,
gracias a la cual yo puedo alcanzar la vasija unida y recibir en ella la Luz
única del alma. Ustedes no pueden corregirse a sí mismos por separado y dejar
que ellos permanezcan en el “mal”. No hay tal cosa. Yo no me corregiré a mí
mismo si no me conecto con todos y los corrijo a todos.
Por
ello, finalmente yo llego a un estado en el que todos están corregidos y
entonces soy llamado “justo completo”, es decir que yo me justifico y me juzgar
a mí mismo y al mundo en la escala de méritos.
Imaginen
que alguien que está junto a ustedes, hablando desde su corazón puro, dice que
el mundo entero es bueno y que el Creador es bueno y benevolente y que el mal
simplemente no existe. Ustedes lo miran y no entienden de dónde viene: “¿Tal
vez deberíamos llamar una ambulancia? ¿Es que no ve lo que está sucediendo en
el mundo?” Ustedes no lo entienden, pero él si te entiende; puesto que ya
ascendido por la escalera del alcance espiritual, él alcanza el alma de Adam
HaRishón completa y los ve a todos en Ein Sof. A pesar de que
ustedes sienten nuestro mundo cruel en sus vasijas corruptas, ustedes también
están allí.
¿Qué
debemos hacer para sentir esto? Sólo una cosa, corregirnos a nosotros mismos.
El mundo no cambia, ustedes cambian, y entonces lo ven de otra manera. Sólo en
su percepción personal interna. Hoy en día ustedes están viendo todo a través
del prisma de sus defectos, así que no vea la verdadera realidad, sino que se
ven a ustedes mismos como son hoy…
(De la
lección diaria de Cabalá, ″600.000 almas”, laitman.es)
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