Para entrar al siguiente grado, necesito desearlo ya que el
campo de la Fuerza superior en sí no cambia. Este campo de la
Fuerza Superior está dividido en peldaños, y por el momento, resido en el fondo
mismo, en el nivel de “este mundo.”
¿Cómo doy el salto al siguiente nivel potencial del “Mundo de Assiyá” y continuar yendo más y más alto? Viajamos en
este campo a saltos como electrones que saltan de órbita en órbita. Con el fin
de pasar del estado (órbita) 1 al estado (órbita) 2, necesito recibir el deseo
del nivel 2 y estar deseando saltar al grado de otorgamiento.
En otras palabras, para que el campo de fuerza finalice el
trabajo de transferirme del nivel 1 al nivel 2, pasándome de peldaño en
peldaño, debo comenzar deseando estar en el estado (órbita) 3 mientras aun
estoy en el estado (órbita) 2. Sólo necesito obtener el deseo correcto, y
entonces el campo me llevará si correspondo a esta.
Sin embargo, ¿cómo comienzo a desear un otorgamiento más grande
del que poseo ahora de manera que pueda causar un ascenso secuencial por los
125 grados espirituales? Para lograr esto, se me da el entorno. Por ejemplo, yo
mismo tengo un deseo valuado en una unidad, pero para ascender, necesito la
fuerza de 10 unidades. Entonces, si te vinculas con nueve amigos, recibirás la
fuerza para el próximo grado valuada en 10 unidades. No hay otra manera.
Por lo tanto, una gran alma llamada Adam HaRishón (el Primer
Hombre) se rompió para dar a cada uno la oportunidad de absorber los deseos de
otros, para atraer el efecto del campo, y escalar los 125 grados espirituales,
hasta la corrección final. Sólo al conectarnos con los otros recibimos la
necesidad de ascender. Inicialmente, se te da sólo una chispa, pero gracias a
ello, tienes que anexar nueve chispas más, y entonces recibes suficiente
fortaleza para saltar al próximo grado. Y esto ocurre repentinamente, como el
escape de Egipto.
Lo mismo tiene lugar en cada grado. Como el Aviut (rudeza)
del deseo crece desde el nivel de la raíz (0) a Alef (1), Bet (2), Gimel (3),
y Dalet (4). La energía potencial se
incrementa también, saltando de órbita en órbita (peldaño a peldaño): 1,2,3, y
en adelante.
Así, tú resides en el más bajo, 1er estado, y primero, ¡debes
pensar que esto es la vida! Pero más tarde, súbitamente sentir que esto es el
exilio. Con el fin de entender lo que es, necesitas claramente “atraer” la
redención, el siguiente grado, por ti mismo. Después de todo, puedes ver la
redención como el paraíso, lleno de varios deleites, o puedes pensar que la
redención es una oportunidad para otorgar, amor, y conectarse con otros.
Tomamos conciencia de este discernimiento en el grupo. Todo
nuestro trabajo tiene lugar en el alma, ya sea la rota o la que volvemos a
ensamblar con nuestros esfuerzos. Si nos unimos entre nosotros más fuerte,
generamos una fuerza más poderosa y atraemos partículas más débiles,
ayudándolas a avanzar. Estas se sienten atraídas hacia nosotros porque nos
hemos enlazado junto con el alma unificada de Adán. Esta se rompió sólo en
relación a nosotros, y aun cuando no la percibimos, existe. Nosotros creamos
círculos de energía a nuestro alrededor y atraemos personas.
Así es como el campo del deseo actúa, lo cual es la auténtica
circulación de la Cabalá. Esos círculos permean todas las almas, toda la
humanidad como una fuerza singular que despierta a todos al propósito de la
creación.
[De la Lección diaria de Cabalá, “Exilio y Redención”, laitman.es]
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