La corrección de la
creación está en la intención
La corrección de la
auténtica naturaleza humana, sus deseos egoístas, debe ser realizada sólo con
el propósito de convergencia con la Fuerza Superior y similitud con ella,
adquiriendo la calidad de otorgamiento, es decir, con el propósito de recibir
placer de ella como ella desea de otorgarnos placer. El deseo humano de recibir
placer está creado por la Fuerza Superior y no es contrario a ella.
El contrario de ella
es la intención de recibir placer "para sí mismo". Es la intención
"para sí mismo" que es llamada el egoísmo, no el deseo mismo de
recibir placer. El mismo deseo de recibir placer o, como dicen los cabalistas,
deseo de llenarse, es inmutable, sólo éste ha sido creado, sólo éste existe,
además del Creador mismo. El Creador creó sólo el deseo de recibir placer de
Él, de su luz, de la sensación de Él.
De nosotros depende
sólo cómo aplicar nuestro único natural deseo de recibir placer: para sí mismo
o para el Creador.
El recibir placer
"para sí mismo" está restringido por los límites de nuestro mundo. Es imposible llenar un
deseo egoísta porque, al llenar el deseo, el placer lo anula y el deseo no
permanece en nuestros sentidos.
Para que el hombre
pueda existir hasta que comience a mantener la intención correcta y que pueda
llenarse con ilimitado e infinito placer, él posee sólo un micro-deseo que es
capaz de recibir una pequeña chispa del placer, "ner dakik".
Todos otros ilimitados e infinitos placeres pueden sentirse sólo en la
intención para el Creador.
De esto vemos que el
Creador creó el deseo de recibir con el propósito de utilizarlo no de una
manera directa de "recibir placer para sí mismo", sino de manera
inversa de "recibir placer para Él". En este caso, llegamos a ser
semejantes a Él. Cambiando la intención egoísta de "recibir placer para sí
mismo" a una intención altruista de "recibir placer para la Fuerza
Superior", el hombre llega a ser enteramente semejante a la Fuerza
Superior porque es la intención que determina la acción.
Es imposible hacer una
transición inmediata de la intención egoísta para sí mismo a la altruista para
la Fuerza Superior. Tal cambio en los pensamientos, los hábitos y el estilo de
vida de la persona requiere una transformación gradual. Las maneras de recibir
placer están dictadas al hombre por la sociedad; por lo tanto, se requiere tal
entorno que cambie los valores de recibir por los de otorgar.
De este modo, el
hombre hará la transición de la intención para sí mismo a la intención para
otros.
Entonces, ¿qué método
entrega al hombre la posibilidad de alcanzar rápida e inequívocamente los
atributos de la fuerza superior? La única manera de adquirir la intención para
otorgar está en pensar y preocuparse de sí mismo sólo en la medida requerida
para la existencia y, en el resto, preocuparse por el bienestar de la sociedad.
De este modo, el hombre llega a ser semejante a la Fuerza Superior por su
atributo. Tal cambio es sólo posible en una sociedad particular, creada
especialmente para cambiar al hombre.
Dos ventajas del
cumplimento de la ley de otorgamiento en la sociedad
· El hombre cumple con la ley de
otorgamiento porque eso está incentivado por la sociedad e incluso por toda la
humanidad.
· El cumplimiento de la ley de
otorgamiento para la humanidad prepara al hombre para cumplir esta ley con el
propósito de convergencia con la Fuerza Superior.
Sólo en este caso el
humano tiene la energía para cumplir el acto de otorgamiento. La sociedad,
alabando sus actos, le proporciona con eso la energía para otorgar, al
principio sólo para recompensa. El hombre apunta a la admiración por parte de
la sociedad. No obstante, el hábito de otorgar se hace gradualmente su segunda
naturaleza y el hombre ya lo desea por sí mismo.
Estos actos de
otorgamiento evocarán el descenso de la Luz Superior Correctora que lleva al
hombre a la semejanza con el Creador según el principio: desde la intención
"para sí mismo" a la intención "para el Creador".
Esta preparación es
uno de los medios para llegar a la meta porque, acostumbrándose a trabajar para
otros y para sus bienes, y no para sí mismo, el hombre llega al cumplimiento de
la ley de otorgamiento para el Creador, y no para sí. Según el plan de la
creación, su intención tiene que hacerse de esta forma.
(Extracto del libro "Alcanzando los mundos superiores", Por Rav Dr. Michael Laitman)
Material relacionado:
Percatarse del dominio del Creador
Deseo formado correctamente
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