En la línea izquierda, la cual trae el sufrimiento como resultado
de la ausencia de lo deseado, se despierta una necesidad de ayuda del Creador,
la cual llega en la forma de la Luz del alma. En la línea derecha, en un estado
en el que la persona no desea nada para sí misma, existe solamente la Luz dela
misericordia (Ohr Jassadim), la alegría de la semejanza de las
cualidades espirituales. Pero este estado no es perfecto, porque carece del
conocimiento y comprensión del significado interno. En la línea izquierda no
hay perfección porque la Luz de la Sabiduría puede iluminar solamente si existe
congruencia en cualidades entre la Luz recibida y el recipiente de la Luz.
La congruencia resulta en Ohr
Jassadim, la cual se encuentra en la línea derecha. Los logros
espirtrituales pueden ser realizados solamente teniendo un deseo. Pero la línea
derecha no tiene ninguno. Todos los deseos están centrados en la línea
izquierda. Sin embargo, lo deseado no puede ser recibido dentro de los deseos
egoístas.
Por lo tanto, es necesario unir estas dos cualidades de modo que
la Luz de la sabiduría y el placer de la línea izquierda puedan entrar en la
Luz de las cualidades altruistas de la línea derecha, y la de la línea media
ilumine al ser creado. Sin la Luz de la línea derecha, la de la izquierda no se
revela y se percibe solamente como oscuridad.
Aún cuando todavía estamos esclavizados por nuestro egoísmo, el
trabajo en la línea derecha e izquierda de todas maneras. Sin embargo, aun así,
no controlamos nuestros deseos. En lugar de eso, los deseos dictan nuestros
pensamientos y acciones, y nos impiden ser llenados con la Luz de la
congruencia con el Creador (Ohr Jassadim) y la Luz de la máxima
comprensión (Ohr Jojmá).
En cambio, sólo somos capaces de pronunciar los nombres de los
mundos, las Sefirot y los Kelim. En tal estado, es especialmente eficaz
estudiar la construcción de los mundos espirituales y sus efectos, es decir, la
Cabalá, para ayudarnos a desarrollar el deseo de acercarnos al Creador. En el
proceso, comenzamos a desear asemejarnos a los objetos que están siendo
estudiados, y por lo tanto, atraer sobre nosotros la gracia, de los reinos
superiores, aunque no percibamos este proceso debido a la falta de sentidos
espirituales.
Pero las fuerzas espirituales nos afectan solamente si estamos
estudiando con la intención de acercarnos (en cualidades) a lo espiritual.
Solamente en este caso traemos para nosotros el efecto purificante de la Luz
Circundante. Sin embargo, puede observarse en numerosos casos que sin la guía
apropiada, puede que sepamos el contenido de los libros de Cabalá, e
incluso nos involucremos en discusiones significativas sobre el tema.
Pero, jamás podremos realmente captar la esencia emocional de lo
aprendido. Aquellos que logran los niveles espirituales a través de su propio
trabajo, incluso el más insignificante, existen ya en la envoltura de nuestro
mundo, y están comprometidos con la tarea por la cual descendieron en este
mundo.
Por otra parte, el conocimiento y la memoria de los inteligentes
incrementan frecuentemente su egoísmo y sus dudas; y por consiguiente, los
aleja de su meta.
Esto es porque la Luz obtenida del estudio de la Cabalá puede ser
una medicina de salvación (sam hajaim), o un veneno letal (sam
hamavet).
Los principiantes no pueden discernir entre los que realmente
perciben la verdad (los cabalistas) y los que estudian la Cabalá simplemente
como otra ciencia. Para los principiantes, el trabajo a lo largo de las tres
líneas se centra en analizar sus propios estados, en lugar del logro de la Luz
superior, lo cual es el foco de quienes ya logran percibir. (A CONTINUAR...)
Por Rav Dr. Michael Laitman
(kabbalah.info/es)
Material relacionado:
Situarse en la línea media
Juntando las dos líneas en un ser humano
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