El deseo siempre ha sido la fuerza motriz que ha impulsado a la humanidad. Durante años hemos estado tratando de satisfacer nuestros deseos, pero mientras más comemos, más hambrientos parecemos ponernos, y nuestros anhelos se intensifican.
Pero, en nuestra generación es como si una cuerda oculta se hubiese roto. Cada área de la vida moderna cambia a una velocidad meteórica, y nuestro ambiente ofrece oportunidades sin precedentes. Sin embargo, nos encontramos en medio de una carrera persiguiendo objetivos fantasmas que parecen alejarse, cuanto más nos esforzamos en alcanzarlos.
Entonces, ¿qué es lo que realmente busca la juventud? Hoy, después de siglos de tentativas erróneas, la juventud busca algo más profundo, más verdadero que lo que este mundo actual ofrece, algo que pueda llenar ese vacío, su abismo interno.
El gran cabalista de nuestros tiempos, Rabí Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), advierte este fenómeno en sus escrituras. Explica que esto sólo se expandirá, ya que este abismo es producto de nuestra necesidad de conocer no cómo tener una vida mejor, sino contestar una pregunta simple: ¿Para qué es la vida?
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