El trabajo interior del hombre es ordenar el corazón, los sentidos, para captar el mundo espiritual.
Así como la radio, en la cual giramos el dial, y captamos la onda en el aire.
De esta manera el hombre se sintoniza y se ajusta con mayor precisión a la frecuencia espiritual, en acciones denominadas "intención".
Hasta que, de repente,se abre frente a él otra dimensión, y se le revela el mundo espiritual.
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