El regocijo es considerado “amor”, que implica existencia. Esto es similar a cuando uno construye una casa para sí mismo, sin dejar ninguna abertura en las paredes. Veréis que la persona no puede entrar a la casa, puesto que no hay ningún hueco en las pareces de la misma por el cual pueda entrar. Por lo tanto, debe hacerse algún hueco a través del cual pueda entrar en ella.
Por ende, cuando existe amor, también debe haber temor; pues el temor representa el hueco o abertura. En otras palabras, uno debe despertar el temor de llegar a no tener la intención de otorgar.
De esto se desprende que cuando existen ambos, existe integridad. De lo contrario, cada uno quiere revocar al otro, por lo cual uno debe tratar de tener los dos en el mismo sitio.
Ése es el sentido de la necesidad de amor y de temor. El amor representa la existencia, mientras que el temor representa la ausencia, el vacío o la privación. Solamente con los dos juntos existe integridad. Y a esto se llama “dos piernas”; y precisamente cuando uno posee dos piernas, puede caminar
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