Cada uno de
nosotros es una pieza del rompecabezas que una vez fue la única alma existente,
el alma de Adam haRishón (el Primer
Hombre). Ha llegado el momento para reagrupar todas estas piezas: el tiempo de
corrección es ahora.
A nadie le
gusta encontrarse atascado en medio tráfico, deambular entre un gentío de
compradores en un centro comercial o esperar por siempre en la fila hacia la
caja en el supermercado. ¿Por qué existen estas muchedumbres?
Quizá estemos
dispuestos a compartir el mundo con amigos o parientes, con docenas o centenas
de personas; la necesidad de compartir con los otros siete mil millones, sin
embargo, está menos clara. ¿Por qué entonces, hay tanta gente en el mundo?
CAFÉ DE
BRASIL Y RELOJES SUIZOS
El sentido
común nos demuestra que tener relaciones reciprocas con la gente nos conviene. Si estuviéramos solos en el mundo, comer
incluso una rebanada de pan requeriría un gran esfuerzo y afán. O sea, sembrar
el trigo, hacerlo crecer, cosecharlo, molerlo, amasarlo, y hornear el pan. Incluso
tendríamos que construir el horno.
En lugar de
esto, podemos ir a la panadería más cercana, comprarla con un poco dinero, y
seguir disfrutando de la vida sin perder más que unos minutos en la compra. Es decir,
trabajamos varias horas al día y gozamos de los productos del resto del mundo. Gozamos
del gran chocolate belga, del fast food americano, los relojes suizos, y el
café brasileño. Los chinos hacen los autos de juguete para nuestros niños, u
los japoneses fabrican los autos verdaderos que nosotros conducimos.
¿Pero es
está una buena razón para que tanta gente exista? ¿Si hubiera mil millones
personas menos en el mundo, sentiríamos su ausencia?
EN EL REINO
DEL DESEO
Los cabalistas
dicen que todos provienen de una sola alma, llamada “el alma de Adam haRishón”
(el primer hombre), que fue creada por el Creador con el deseo general de
recibir placer y deleite, una naturaleza completamente opuesta a la de Él, que
es de total entrega y amor. La tarea del alma de Adam haRishón es la de asemejarse a la naturaleza del Creador, y ser
tan afectiva y dadora como Él, alcanzando así la cima de todos los placeres, el
goce infinito.
PLACER ANTES
DEL CONTACTO
Según la
Cabalá, cuando el alma de Adam haRishón fue creada, tenía una relación con el
Creador que le causaba un placer limitado porque nos e había esforzado independientemente
en alcanzarlo.
El Creador
quiso que el alma de Adam haRishón se desarrolla por su propio medio. Exponiéndola
entonces, es un acto premeditado, a mayores placeres, ésta recibió los placeres,
y empapándose de regocijo, perdió toda noción del Creador – quien le había proporcionado el deleite - , y todo
contacto con Él.
Es como una
persona que reza para ganar la lotería, prometiendo donar la mitad del triunfo
a la caridad. Pero una vez que realmente gana, el placer al que se expone la
supera y sus prioridades cambian. Se “olvida” de su promesa, y encuentra
repentinamente mejores alternativas de inversión, que donar el dinero.
FRAGMENTOS
DEL PLACER
Como resultado
del “olvido” de la relación con el Creador a causa del gran placer, el alma de
Adam haRishón fue apartada del mundo espiritual, fragmentándose en múltiples
partes llamadas, “almas particulares”, que luego fueron bajando a este mundo “arropándose”
en cuerpos humanos individuales, para poder aprender gradualmente cómo recibir
el placer predeterminado, en porciones manejables, sin perder el contacto con el
Otorgante del `placer, el Creador.
De igual
forma, si deseamos mover un peso de una tonelada, no podemos pedir que una sola
persona lo haga. Pero si dividimos la tonelada en mil pequeños pedazos de un
kilogramo, y damos una sola pieza a cada una de las mil personas, podríamos fácilmente
mover este peso.
Este proceso
se expresa concisamente en una parábola de Baal HaSulam: “había un rey que quería
enviar una gran suma de monedas de oro a su hijo, que vivía muy lejos. Lamentablemente,
todas las personas en su país eran ladrones y embaucadoras, y el rey no tenía ningún
mensajero leal. ¿Qué hizo? Dividió las monedas en peniques y las envió con muchos
mensajeros, así, no valdría la pena manchar su honor por el placer de robar”.
(Árbol de la vida, Baal HaSulam).
DEJAR DE
REENCARNAR
Hoy, nos
encontramos en el estado de post-rotura, en donde cada uno de nosotros es un mensajero
del rey que lleva consigo un penique del gran tesoro del Creador. Nuestra misión
es hacer lo que pidió el rey y volver a restablecer la conexión con Él,
mientras estamos vivos. Hasta que no llevemos la moneda a su lugar,
continuaremos volviendo a este mundo.
Los cabalistas
que ya han atravesado este proceso, se refieren a él como Tikkún (corrección). Ellos
nos enseñan cómo corregir nuestro “penique-placer” individual, para llegar a la
cima de la Escalera Espiritual, y no tener que rencarnarnos más en este mundo.
EL CONJUNTO
ES (MUCHO) MÁS QUE LA SUMA DE SUS PIEZAS
El propósito
del estudio de la Cabalá es ayudar a cada uno de nosotros - partes individuales del alma de Adam haRishón
- , a restaurar nuestra unidad de la manera más rápida y útil posible. Cuando cada
uno corrija su parte, estaremos realizando la meta para la cual vinimos a este
mundo, y finalmente podremos disfrutar en conjunto de los enormes placeres que
le Creador diseño para nosotros en el Pensamiento de la Creación.
Por Rav Dr.
Michael Laitman
(La Vóz d
ela Cabalá)
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