Un acertijo sobre un lobo, una oveja y una col: ¿cómo
logramos atravesarlos por el río en una barca, sin que uno se coma al otro?
La barca es muy reducida y sólo puede llevar a uno de
ellos por viaje: ya sea al lobo, a la oveja o a la col. Si llevamos al
lobo, entonces tenemos que dejar a la oveja en la orilla sola con la col y la
oveja se va a comer la col. Y así sucesivamente.
Debido al egoísmo primitivo de los animales, una
situación sin complicaciones se convierte en un problema poco trivial para una
persona con mente estratégica. Parece un acertijo sencillo, pero se
necesita tiempo y energía para resolverlo.
Esta anécdota es muy ilustrativa sobre como está
estructurada la civilización moderna. El problema más sencillo se
convierte en un acertijo difícil de resolver en nuestro mundo debido al mismo
principio. Por ejemplo, necesita usted transportar una carga de un
lugar a otro. Parece muy sencillo, vamos a conseguir un camión y lo
transportaremos. ¿Pero, qué sucede si el cargamento es de dinero,
oro o diamantes? Entonces, vamos a necesitar unas veinte personas para
resguardarlo, edificios especiales, camiones blindados, armamento y
tecnología de punta. Esto nos muestra que todas las conexiones dentro del
gran sistema llamado “sociedad humana” son en extremo deficientes. 99% de
nuestros esfuerzos los gastamos en fricción dentro del mecanismo. El
sistema es resistente a cualquier acción altruista dentro de él.
Las caravanas con comida destinadas a personas
muriendo de hambre son robadas. El dinero que se envía a los países más
pobres es robado en los canales utilizados y así sucesivamente.
Sin embargo, hasta últimamente el 1% restante era
suficiente para que la humanidad continuara creciendo. No obstante, ahora
vemos que nuestra civilización está al filo de la extinción. La
estructura milenaria entera ha agotado su margen de reservas y está lista para
venirse abajo como un castillo de naipes.
Tenemos una situación extraña: los científicos del
mundo entero trabajan para crear un motor para automóvil, un foco de luz
y otros productos que resulten más económicos. Pero, ¿cuál es el motivo
de su investigación, en realidad? Por la misma razón de siempre:
satisfacer el creciente egoísmo de las personas. Si no podemos forzar a
las personas a conducir menos, entonces fabriquemos un motor más económico.
Ahora imaginemos que podemos ligeramente cambiar la
consciencia de una persona para expandir su concepto de la estructura del mundo
y su lugar en el universo. Entonces cada persona que necesite manejar a
algún lado se preguntará, “¿Cuál es la forma de economizar? ¿Tal vez
puedo llevar a otras personas en mi automóvil o tomar un autobús?” No
pensará en cómo ahorrar gasolina, sino como conservar las reservas globales de
petróleo que deben compartirse entre la humanidad.
¡Y esto ocurrirá en todos los campos! La
humanidad tiene un margen enorme de reservas en todos los parámetros:
energéticos, comida, salud, etc. Sin embargo, el combustible se usa para viajes
innecesarios, casi nada crece en los campos porque no rinde ganancias en
el mercado libre de la economía, las personas se enferman y mueren porque se
matan entre ellas utilizando los medios a su alcance, desde los
pensamientos hasta las bombas atómicas…
El término “crisis del sistema”, que es tan popular
hoy en día significa que la crisis no es realmente sobre energéticos,
producción de comida o demografía. Es una crisis de nuestra percepción de
quiénes somos y del mundo en el que vivimos. Así pues empecemos por
darnos cuenta de estos temas vitales. De esta forma el problemático viaje
con el lobo, la cabra y la col se convertirá en un viaje sencillo y placentero.
(kabbalah.info/es)
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