Cada vez que empezamos a estudiar los
libros de los cabalistas y especialmente El Libro de Zóhar, debemos
ante todo estar agradecidos por el estado con el cual fuimos recompensados.Nosotros
tenemos la suerte de estudiar sobre el atributo del otorgamiento, sobre el
mundo del otorgamiento, y de conectarnos con la fuente de energía que puede
elevarnos por encima del nivel animado al nivel del hablante. Entonces
estaremos en el otorgamiento y
amaremos a los demás y al Creador.
Esto significa que debemos valorar la
“herramienta”, los medios que tenemos ahora, el libro especial, por medio de
cuya lectura yo determino mi conexión con el mundo superior. Si lo valoro, si soy atraído
hacia arriba y siento temor, entonces al leerlo, puedo realizar diferentes
acciones sobre mí mismo. No se trata solo de cambiar, sino de volverme
compatible con aquello que es exterior a mí.
Parece que hay un gran mundo que me
rodea y que, por ahora es cierto, pero más tarde yo descubro que todo está
construido de vasijas, de mis deseos. Yo las percibiré como partes de mi cuerpo
y por medio de ellas estableceré mi actitud hacia la fuerza superior que me
creó y me adheriré a ella.
El libro debe proporcionarme todo eso.
Por lo tanto, tengo que valorar el sistema gigante que está a mi alrededor. Un
libro de Cabalá, al igual que una guía, me ayuda a
familiarizarse con la realidad en la que me encuentro, y me dice cómo usarla
con el fin de conocer la fuerza superior y adherirme a ella.
Primero tenemos que valorar la nueva
perspectiva que se nos revela. Luego, en consecuencia podemos recurrir a la
fuerza superior con una petición, puesto que la meta es tan sublime, grande y
maravillosa, que seguramente yo quiero alcanzarlo.
Entonces yo comienzo a hacer funcionar
mi deseo, para recibir o para otorgar, de acuerdo a cuánto lo aclare. Para
aclarar el deseo correctamente deben llenarse varias
condiciones:
1. Yo reconozco la grandeza de la fuente.
2. Cuando veo que esta es grande, yo quiero
que influya correctamente sobre mí. Después de todo, esta fuerza puede ser el
“elixir de la vida” o la “poción de muerte”, todo depende de mi actitud y de lo
que quiero de ella. A fin de establecer la actitud correcta hacia ella, se me
dio un grupo. Si trato de alcanzar una “plegaria de muchos” junto con los
amigos, nuestra demanda será correcta y seremos recompensados con el “elixir de
la vida”. La persona no es capaz de saber por sí misma si está pidiendo lo
correcto, y debido a esto se le dio la herramienta llamada “amigos”, gracias a
la cual, sin duda, puede dirigirse correctamente hacia la fuerza superior y
pedirle las cosas correctas.
(laitman.es)
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