Si queremos comprender y percibir algo de la manera correcta,
debemos prestarle atención al alma y no al cuerpo. El alma es el anhelo por la
unidad, por revelar la fuerza fundamental que guía, al Creador. Por tanto,
cuando hablamos de almas, nos referimos a su atracción.
Nos parece que nosotros somos atraídos por las características
externas o las partes internas de la persona. Pero, de hecho, éstas nos unen
con nuestras Reshimot (genes espirituales). Esto no nos
habla de una atracción genética con los demás, más bien de una atracción
espiritual. La atracción genética es la cubierta de la atracción espiritual. En
otras palabras, hay una cierta tendencia entre las Reshimot a atraerse unas hacia las otras y
a formar una alianza entre ellas. En nuestro mundo, esto es llamado la “alianza
de los sexos”, la unión entre un hombre y una mujer, esencialmente no se trata
de un hombre y una mujer, sino de las Reshimot.
La idea es que entre las Reshimot,
nosotros tenemos que conectar la Reshimo
de Aviut (una Reshimo de la fuerza del Masaj) y la Reshimo de Hitlabshut (una Reshimo del poder de la Luz).
La Reshimo de
Aviut es la parte femenina, y
la Reshimo de Hitlabshut es la parte masculina. Si estas dos Reshimot están correctamente conectadas
entre sí, entonces ellas crean una acción espiritual con la Luz, convocan el Masaj, y así sucesivamente.
Aquí también es lo mismo. Se nos dice: “Un hombre y una mujer y
la Shejiná entre ellos”, donde hay un hombre y
una mujer, hay una Reshimo positiva y una negativa. Cuando
ellas se conectan entre sí y crean un Masaj,
una intención en
aras del Creador, entonces la Luz Superior se inviste dentro
de esta Reshimo y comienzan a construir un nuevo Partzuf,
que en este mundo es idéntico al parto.
Dentro de esta unión hay acciones espirituales acerca de las
cuales nosotros aún no sabemos. Sin embargo, todas las acciones físicas y
eventos que ocurren en nuestro mundo, concuerdan con
las actividades espirituales.
Una familia en nuestro mundo se convierte en el núcleo en el que
se hace posible el trabajo espiritual. Por lo tanto, si estamos hablando de una
familia de la última generación, entonces, ciertamente se llevará a cabo la
cooperación mutua entre el esposo y la esposa a nivel espiritual. Ellos por sí
mismos se convertirán en un elemento espiritual que trabajará en la unión por
encima de su ego, para parecerse al Creador en la adhesión interna entre ellos.
Este es un trabajo mutuo muy serio. Yo creo que nosotros hemos
alcanzado esto. Ya tenemos ejemplos de un esposo y una esposa que están
verdaderamente conectados entre sí de esta manera. Todo esto comienza con el
trabajo en uno mismo, y a través de esta unificación espiritual, se logra un
efecto completamente diferente dentro de la propia familia. Esto es posible.
(laitman.es)
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