Otro ejemplo del equilibrio de la Naturaleza lo encontramos a principios de los años 90, cuando el gobierno norcoreano decidió eliminar a los gatos callejeros que se habían convertido en una molestia. Algunas semanas después de la erradicación de la mayoría de los gatos, se produjo un gran incremento en el número de ratones, ratas y culebras. De hecho, el gobierno norcoreano tuvo que importar gatos de los países vecinos para corregir el desequilibrio.
Los lobos son el otro ejemplo clásico. Estamos acostumbrados a ver a los lobos como animales peligrosos y crueles. Sin embargo, cuando la población de los lobos disminuyó, se evidenció su contribución al equilibrio de los ciervos, jabalíes, y poblaciones de roedores. Resultó que, a diferencia de las personas que prefieren cazar a los animales saludables, los lobos cazan en primera instancia a los enfermos y débiles y al hacerlo contribuyen a la salud de los animales del área.
Por consiguiente, entre más progresa la investigación científica, más revela que todas las partes de la Naturaleza son partes interconectadas de un único sistema amplio. Desde luego, cuando proyectamos nuestras propias emociones sobre fenómenos naturales, con frecuencia sentimos que la Naturaleza puede ser cruel. Pero la realidad es que al comer una criatura a otra garantiza la armonía y la salud del sistema colectivo. De hecho en nuestros propios cuerpos, billones de células mueren cada minuto y otra cantidad igual nace. ¡De esto depende precisamente la continuación de la vida!
La armonía en las células en un organismo viviente
Dentro de cada organismo multicelular ocurre un fenómeno intrigante. Si examinamos cada célula como una unidad separada, comprobaremos que funciona de manera egoísta, pensando únicamente en ella misma. Sin embargo, cuando las examinamos como parte de un sistema, la célula parece tomar únicamente el mínimo que requiere para su propio sustento, otorgando el grueso de su actividad hacia el cuerpo. Se comporta como una altruista, “piensa” únicamente en el bienestar cuerpo y actúa conforme a ello.
Debe existir total armonía entre todas las células de un cuerpo. El núcleo de cada célula contiene el código genético que guarda toda la información del cuerpo. Teóricamente, esta es toda la información que se necesita para recrear un cuerpo completo.
Cada célula del cuerpo debe estar consciente de todo el cuerpo. Necesita saber lo que el cuerpo necesita y lo que puede hacer por él. Si no fuera así, el cuerpo no sobreviviría. Una célula en un cuerpo existe en un estado de “consideración” por todo el cuerpo como un todo. Todas las acciones de la célula, el principio y el fin de su división, especificación de células y movimiento hacia una cierta área en el cuerpo despliegan una congruencia con las necesidades del cuerpo.
Los lobos son el otro ejemplo clásico. Estamos acostumbrados a ver a los lobos como animales peligrosos y crueles. Sin embargo, cuando la población de los lobos disminuyó, se evidenció su contribución al equilibrio de los ciervos, jabalíes, y poblaciones de roedores. Resultó que, a diferencia de las personas que prefieren cazar a los animales saludables, los lobos cazan en primera instancia a los enfermos y débiles y al hacerlo contribuyen a la salud de los animales del área.
Por consiguiente, entre más progresa la investigación científica, más revela que todas las partes de la Naturaleza son partes interconectadas de un único sistema amplio. Desde luego, cuando proyectamos nuestras propias emociones sobre fenómenos naturales, con frecuencia sentimos que la Naturaleza puede ser cruel. Pero la realidad es que al comer una criatura a otra garantiza la armonía y la salud del sistema colectivo. De hecho en nuestros propios cuerpos, billones de células mueren cada minuto y otra cantidad igual nace. ¡De esto depende precisamente la continuación de la vida!
La armonía en las células en un organismo viviente
Dentro de cada organismo multicelular ocurre un fenómeno intrigante. Si examinamos cada célula como una unidad separada, comprobaremos que funciona de manera egoísta, pensando únicamente en ella misma. Sin embargo, cuando las examinamos como parte de un sistema, la célula parece tomar únicamente el mínimo que requiere para su propio sustento, otorgando el grueso de su actividad hacia el cuerpo. Se comporta como una altruista, “piensa” únicamente en el bienestar cuerpo y actúa conforme a ello.
Debe existir total armonía entre todas las células de un cuerpo. El núcleo de cada célula contiene el código genético que guarda toda la información del cuerpo. Teóricamente, esta es toda la información que se necesita para recrear un cuerpo completo.
Cada célula del cuerpo debe estar consciente de todo el cuerpo. Necesita saber lo que el cuerpo necesita y lo que puede hacer por él. Si no fuera así, el cuerpo no sobreviviría. Una célula en un cuerpo existe en un estado de “consideración” por todo el cuerpo como un todo. Todas las acciones de la célula, el principio y el fin de su división, especificación de células y movimiento hacia una cierta área en el cuerpo despliegan una congruencia con las necesidades del cuerpo.
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