¿Qué es el amor?
M. Sanilevich: La primera pregunta del día de hoy es, ¿Qué es el amor?
M. Laitman: El amor es la mayor cualidad en el universo. Yo diría que es la única cualidad positiva que mueve, controla y conecta a todas sus partes. Une a todos los elementos de las estructuras inanimada, vegetativa, animal y finalmente el mundo interior del hombre. A esta cualidad unificadora la llamamos “amor” o acciones totales de entrega. Toda la naturaleza se somete a la ley universal del amor. La única excepción está en el nivel humano al que se le ha dado manos libres para hacer su voluntad y nos comportamos desafiando esta ley.
Si interrogamos a los biólogos nos dirán que la ley que regula el funcionamiento de cualquier organismo, de su existencia y desarrollo se basa en la interacción integral de sus componentes. Según esta ley, cada célula se ocupa de las funciones vitales y la salud de todo el organismo sosteniendo su vitalidad. En otras palabras, automáticamente da al cuerpo todo lo que necesita. Inclusive, obedece a la orden de auto destrucción una vez que ya ha cumplido su función y se han agotado sus recursos. Su programa se apaga y la célula se destruye a sí misma. La ley general para la existencia de un sistema, organismo u órgano controla a todos sus elementos.
Si estudiamos la ley general integral de la naturaleza, la ley de la unificación, homeostasis, veremos que ella sólo actúa con fundamento en la auto conservación, auto sostenimiento y auto desarrollo hacia un fin determinado, y deja de lado la posibilidad de existencia y desarrollo de los elementos individuales. Esta ley de interacción e interrelación integrales entre los elementos determina la existencia de todos los niveles de la naturaleza.
Sin embargo, una vez que hemos constatado lo anterior, vemos al hombre y descubrimos que actúa de manera opuesta a esta ley. No me refiero a la existencia del hombre en el nivel en que su cuerpo funciona como un organismo animal y naturalmente se somete a las leyes de la naturaleza. Estoy hablando del nivel humano de nuestras interacciones, sensaciones, pensamientos en donde el “Yo” existe. Es ahí que nos revelamos como egoístas. No tenemos el deseo de tomar en consideración la totalidad integral del mundo y las interacciones de sus elementos. Hoy en día nos damos cuenta que el mundo es una aldea global dentro de la cual dependemos unos de otros. Al formar parte de la naturaleza, con nuestros pensamientos, deseos y acciones, provocamos grandes daños a esta integración en todos los niveles. Al final de cuentas, el daño se revierte hacia nosotros como una influencia negativa de los elementos de la naturaleza y esto es lo que empezamos a notar hoy en día.
La ley del amor absoluto – de interdependencia universal, de atención y cuidado instintivo, natural, inconsciente no se cumple en el nivel humano. Si consideramos a todos y a todo conforme a esta ley, esto es, si tomamos en cuenta que somos iguales, interconectados como un solo corazón y una sola alma, con los mismos pensamientos, entonces nuestra participación en la naturaleza va a ser correcta e integral. Nos vamos a fusionar con el resto de ella y nuestra actitud será la del amor.
Conocer esta ley nos permite comprender que el amor y el odio entre nosotros es hoy egoísmo absoluto, el deseo de todos de utilizar a los demás sexualmente, en la familia, en la sociedad para obtener un beneficio propio e ilusorio. Ilusorio, porque a la larga el hombre no recibe beneficio alguno. Todo lo basa en sencillos cálculos egoístas. Si no tomamos consciencia de lo perverso de este comportamiento, el hombre sólo va a intensificar su crisis.
Actualmente, al encontrarnos en las últimas etapas del desarrollo del egoísmo, vemos el colapso total de las interrelaciones humanas. En el pasado nos encontrábamos unidos por algunos lazos, acuerdos, convencionalismos. En esta época el egoísmo descarado, sin tapujos se muestra en toda su desnudez. Lo bueno de esta actitud es que al descubrir nuestro verdadero rostro, podemos encarar el problema y encontrar la solución. La Cabalá nos revela el camino para encontrar el amor.
Continuará...
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