(Primera parte del artículo: http://bneibaruchmexico.blogspot.mx/2012/09/por-que-es-tan-dificil-sostener-una.html)
SIMPLEMENTE UNA MUJER QUE QUERÍA AMOR
La historia de Adán y Eva es un ejemplo excelente de la forma en la
que la sabiduría de la Cabalá alumbra con una nueva luz los procesos que nos
parecen conocidos, y nos explica que su significado es completamente distinto a
lo que creíamos.
De
manera similar, “el árbol de la sabiduría” simboliza el deseo de Adán y Eva de
recibir el placer que aún no están autorizados para recibir en esta fase del
trayecto de preparación espiritual (en la Cabalá, el significado de “comer” es
recibir Luz). Como aún no están suficientemente maduros, el temor era que el
recibimiento del pl acer prohibido los volverá a “tirar abajo” nuevamente al
dominio del ego.
Por
lo tanto, se les “prohibió comer del árbol” Y tan es
así, que en la primera fase la prohibición fue
mantenida exitosamente. Adán no come del fruto
del árbol y él y Eva continúan viviendo placenteramente en el jardín del Edén. No obstante, el Creador está interesado en que ellos avancen en el proceso y no se planten en el lugar, y para eso recluta al “más astuto de todos”: a la “serpiente”.
Aquí también la sabiduría de la Cabalá nos conduce a una
introspección y nos explica que la “bíblica serpiente” no es el animal que
conocemos de la familia de los reptiles, sino, por supuesto, la referencia a la
“serpiente” que se encuentra en cada uno de nosotros, ese ego astuto del que
todos caemos prisioneros.
Pero en el camino de la serpiente, se presenta el hombre, al cual
le fue entregado el control sobre la “llave del placer”. Tal como hemos dicho,
Adán y Eva pueden recibir la Luz del Creador únicamente al equiparar la forma
de sus atributos a los del Creador. Entonces, ¿qué puede hacer la serpiente?
Conociendo la naturaleza de la parte femenina del alma general, de Eva, la
serpiente la seduce a provocar a Adán para que pruebe del fruto prohibido. En
el sentido cabalístico, la serpiente convence a Adán a recibir la Luz del
Creador a pesar de que aún no está preparado para ello. Tal como obraría un
consejero matrimonial ingenioso, la serpiente usa el deseo de Eva de unirse con
Adán en un lazo eterno y completo, y la convence sobre la existencia de un
camino para recibir este placer sin límites, ya mismo. “Si Adán se atreviera
más y exigiera ya el placer prometido por el Creador, aun antes de finalizar el
plan de preparación espiritual”, susurra dulcemente la serpiente, “los dos
podrán recibir el placer añorado”.
El fin es conocido y sabido. Eva recurre a Adán y lo persuade de
recibir la abundancia. Adán decide intentar recibir todo el placer sin límites
o cálculos, y al hacerlo se descubre que aún no están preparados para
implementar su propósito.
Adán y Eva se llenan de un gran placer efímero, se dejan llevar
por él y lo prefieren en lugar de la conexión con el Creador.
Como resultado de esto, su actitud con respecto al Creador se
invierte y pierden el contacto con Él.
A consecuencia del “pecado”, son echados del jardín de Edén:
pierden su grado espiritual y decaen hasta el grado terrenal llamado “este
mundo”. En el lenguaje cabalístico, este proceso se conoce con el nombre de
“pecado del primer hombre”, o “rompimiento del alma del primer hombre”.
Según la Cabalá, nuestras almas están constituidas de fragmentos
de esas dos almas originales - masculinas y femeninas respectivamente- y el
“antiguo pecado”, constituye la raíz de nuestra realidad: una realidad en la
que el hombre y la mujer están desconectados, separados y no se entienden entre
ellos.
DE REGRESO AL FUTURO
El proceso que ocurre hoy en el núcleo familiar, es el resultado
directo de la erupción del ego humano en nuestra generación. “Lo más estable en
la vida moderna es la inestabilidad”, dijo recientemente el profesor en
sociología Oz Almog en una entrevista.
“Nos vemos obligados a cambiarlo todo, desde los muebles hasta la
pareja, de tal forma que nos acostumbramos a no ser leales, lo que afecta
también la vida matrimonial. La primera fase en el matrimonio es la fase de la
euforia, y después de un año o dos comienza una fatiga de la materia y llega el
aburrimiento. En la generación joven, esto empieza más temprano entonces le
hacen zapping a la pareja. Cambian a la pareja cuando se cansan”. Las últimas
encuestas publicadas afirman este argumento: una de cada tres parejas en Israel
se divorcia.
DOBLE O NADA – LA SOLUCIÓN
En principio, la pareja debe reconocer la existencia de la
serpiente entre ellos, entender que el ego destructivo es el que los conduce de
un fracaso al otro y destruye la relación. Parece simple y, sin embargo, el
problema radica en que el reconocimiento de la serpiente malévola entre
nosotros, como raíz de todo el mal, se olvida fácilmente, y la sensación de
enajenación en la pareja vuelve a apoderarse de las relaciones. Por lo tanto,
los cónyuges deben tener la responsabilidad de mantenerse alerta siempre y
enfrentar constantemente el astuto ego.
En segunda instancia, la pareja debe entender que la vida
matrimonial es parte de un proceso espiritual más amplio, designado a unir dos
partes separadas en una sola parte integral. Los cónyuges deben aspirar a
descubrir el amor, la concesión y la cooperación entre ellos.
Fuera de estos pasos, es fundamental comprender que somos
fragmentos de distintos sistemas, y mientras nos esforcemos por salvar las
diferencias entre nosotros, solamente a nivel de este mundo, fracasaremos.
No somos iguales en nuestros atributos y
tampoco debemos serlo, sino que estamos
planificados para complementarnos unos a los otros y una al otro. Justamente por esto es que nuestros antiguos sabios nos han denominado
“medio cuerpo”, para explicarnos que
únicamente juntos podremos formar entre
nosotros un recipiente espiritual común.
Este
recipiente está representado en la famosa frase “hombre y mujer y la
revelación del Creador entre ellos”.
Precisamente la unión espiritual entre los
distintos fundamentos, los cuales estaban
separados, es lo que crea armonía, y entonces se revela entre ellos la Fuerza
Superior. Una pareja activa, unida por la meta
espiritual común, construye un grado más elevado de la existencia en nuestro mundo. Ellos ya están en el nivel en el que comprenden que el obsequio más maravilloso que puede
otorgarse uno a otra y viceversa, es el
desarrollo espiritual
común. Un proceso que infunde en la pareja
un significado profundo y verdadero.
(Cabalá Hoy, Edición10)
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