Baal HaSulam, “Arvut” (Garantía mutua) (versión abreviada): El Señor ha
dicho: “Ahora pues, si quieren escuchar Mi voz y guardar Mi pacto, ustedes serán
Mi propio tesoro entre todos los pueblos; y serán para Mí un reino de sacerdotes
y una nación santa”. Y todo el pueblo respondió y dijo: “Todo eso haremos”.
Estas palabras no parecen encajar en el rol de ellos, porque el sentido común
dicta que si uno le pide a su amigo que haga algún trabajo y este quiere llegar
a un acuerdo, uno debería darle un ejemplo de la naturaleza del trabajo y de su
recompensa. Sólo entonces el receptor puede examinar, si lo rechaza o lo
acepta”.
Cuando empezamos a trabajar con las vasijas, estas no son redondas
aun, debido a que están divididas en tres partes: cabeza, interioridad y final.
Como un todo, nuestra realidad está dispuesta en forma de pirámide, está hecha
de cinco capas de grosor: raíz, uno, dos, tres y cuatro. Esta es toda la
realidad.
El punto en el corazón (*) se despierta en las vasijas más puras y
ellas pueden llenar la corrección de los niveles de raíz, uno y dos. Juntos
forman la parte llamada “Galgalta ve Eynaim” (GE), o “Israel”, que proviene de
las palabras hebreas “Yashar Kel”, que significan “directo al Creador”. Por su
naturaleza, ellas son las vasijas de otorgamiento. Por supuesto, las vasijas más
ligeras de Israel son las primeras que se despiertan a la corrección. La misma
corrección es llevada a cabo por la Luz superior, que influye en los puntos en
sus corazones para que se despierten. En estas vasijas, existe el nivel de los
antepasados que no necesitan ninguna preparación, y también el nivel de los
hijos que tienen que trabajar en un grupo o como pueblo, para pasar por la
pesadez del corazón o descubrir la “esclavitud de Egipto”, con el fin de unirse
y hacer un pacto entre ellos en torno al monte Sinaí y entonces elevarse a la
altura de los niveles del Primero y Segundo Templos.
Por lo que la vasija de
Galgalta ve Eynaim alcanza el final de su corrección Gmar Tikkun y entonces se
hace pedazos y cae en las vasijas de recepción, en un estado de exilio. Luego
está la mezcla, la incorporación mutua de las vasijas. Al final de este proceso,
después de 2000 años, llegamos al año 1995, al punto en el que comienzan la
aclaración y la corrección.
Se
nos dice: “Y ustedes guardarán mi pacto y serán Mi propio tesoro entre todos los
pueblos”. Esto significa que las vasijas de GE tendrán que corregirse a sí
mismas después de los 2000 años de la mezcla. “Un reino de sacerdotes” significa
que todos trabajan en el otorgamiento y una “nación santa” es el país que
trabaja para el mundo. Así que ellos sirven al Creador y a las demás personas y
no se pertenecen a sí mismos en absoluto. Ellos tienen una única opción en el
tercio medio de Tifferet, en el que llegan a la decisión de dedicar la parte
superior al Creador y dedicar la parte inferior a servir a las otras naciones
para que ellas también sean corregidas por el bien del Creador. El pueblo de
Israel aceptó que cuando ellos asumieron sobre sí mismos la corrección de todos
los deseos, en garantía mutua y en unidad, se trataba de los deseos que se
manifiestan en contra de la unidad, en contra del pacto, en contra de la
garantía mutua, los que pertenecen a la corrección.
Por otro lado, todos los
deseos que no pertenecen a la conexión, aunque sean tan “elevados” como lo
pueden ser, se les llaman “bestiales”, ya que pertenecen a nuestro cuerpo
bestial. En nuestro mundo existen los niveles inanimado, vegetativo y animado,
mientras que en el nivel del hablante, nosotros todos estamos conectados unos
con otros. Por lo tanto, sólo los deseos que anhelan la conexión o que se oponen
a ella pertenecen a este nivel. Por lo tanto, los deseos de los niveles del
inanimado, vegetativo y animado pertenecen a este mundo y nosotros no los vemos
como parte de la corrección. Por ejemplo, si tú deseas comer diez veces al día,
tú no tienes que superar este deseo con el fin de alcanzar la meta espiritual.
Sólo concéntrate en los deseos que tienen por objeto el otorgamiento a los demás
o los que están en contra del otorgamiento a los demás. Son ellos los únicos
deseos espirituales y sólo ellos son llamados Adam (hombre).
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