Los
cabalistas siempre estuvieron en contra de la memoria y la escritura, y como
ellos también los sabios externos. Porque con la escritura limitas a las cosas,
pasas al papel lo que hubieras debido ingresar en el interior, y por medio de
eso cambiar. Si quieres absorber un mensaje, incluso científico, tienes que cambiar
para captarlo – que eso viva en ti – no en la mente sino en el sentimiento. Por
lo tanto la mente tiene que ayudar al sentimiento – aclarar todos los datos
externos, y como resultado de ello influir sobre mi deseo para cambiar. En
consecuencia tenemos que tratar que lo que leemos entre dentro de nuestra
naturaleza, y no únicamente dentro de la mente.
Cuando
leemos o escuchamos textos, sea cuanto sea lo que memorizamos, tenemos que
preocuparnos lo más posible, que se filtre internamente, a través de filtros
especiales con los que te formas en comprensión, en sentimiento, en conexión –
y la última estación tiene que ser que hayas cambiado, y que la mente se vacíe
– no tengo nada de ayer, y todo es nuevo.
(Consejo diario, kabbalah.info/es)
(Consejo diario, kabbalah.info/es)
0 comentarios:
Publicar un comentario