Todo nuestro trabajo es descubrir el
estado real, arreglado, existente, eterno, completo, en el que estamos. Nosotros
tenemos que evocar nuestras sensaciones y pensamientos para que los sintamos en
vez del mundo que estamos sintiendo ahora. Tenemos que abrir nuestros
corazones y mentes sin hacer ningún movimiento, sino solo despertar más cada
vez hasta que alcancemos la adhesión con el Creador.
Si así es como imaginamos este estado,
entonces claramente entendemos que todo lo que nos pasa, señala el lugar al
cual tenemos que ponerle especial atención. Es en estos lugares que tenemos que
aclarar nuestras sensaciones, pensamientos, intenciones y actitud
hacia nuestros atributos para desarrollarlos más en una secuencia y para ser
merecedor de la revelación del estado en el cual estamos constantemente con el
Creador.
Así que no hay hacia donde correr. Debemos
regresar al mismo punto interno que comienza cada vez desde el punto
en el corazón y asegurarnos de que se desarrolle constantemente. No
hay nada más que podamos descubrir en toda la realdad excepto la fuerza que
está en nosotros, que nos apoya y cuida de nosotros todo el tiempo.
Si la persona por sí misma se detiene de
esta forma, al ver solo una dirección correcta para su desarrollo que lleva
hacia la revelación de la fuerza superior que está en el punto en el corazón, y
deja esta dirección, y se detiene intencionalmente y restringe todas las
otras formas que aparentemente le permiten desarrollarse, ver, observar y
sentir, al cerrarlas fuertemente, significa que ella está apuntando sus poderes
hacia el alcance de la meta.
(Consejo diario para el que está en el
camino, Escritos de Baal HaSulam, laitman.es)
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