En su artículo, “Cuerpo y alma“, Baal HaSulam explica
una confusión muy común acerca del cuerpo y el alma. El
tópico es relevante para todos ¿Qué soy “yo” en este reino? ¿Qué me sucederá
después de morir?
Los animales no se preocupan por esas
cosas. Ellos nunca tienen pensamientos como esos ya que no sienten el tiempo
por fuera de su naturaleza, ni se elevarán nunca por encima de la naturaleza,
mientras que por encima de las sensaciones humanas de vida, existe una
sensación adicional de desapego que causa preguntas ¿Qué sucede por fuera de
esta vida?
En realidad, nosotros pertenecemos a la
eternidad, y según el grado de nuestra conexión personal con la eternidad,
hacemos diferentes tipos de preguntas. Nuestra búsqueda varía en intensidad y
fuerza, pero cada uno trata con esas preguntas de una manera u otra.
Como resultado de esta búsqueda, las
personas han ideado múltiples teorías y conceptos. Hay muchas religiones,
creencias, costumbres, y entonces Baal HaSulam las divide en las siguientes
categorías:
- Algunos piensan que no hay ningún alma y
que el cuerpo es una máquina, un saco de combinaciones químicas, dirigido por
impulsos eléctricos.
- Otros piensan que el cuerpo es algo que
posee un alma que entra en un cuerpo en el momento del nacimiento y que sale
cuando éste muere.
- Algunos piensan que, aun que el alma si
existe, un cuerpo podría vivir sin ella. Sabemos cómo anexar partes corporales
que fueron separadas y hemos aprendido como implantar nuevos órganos, algunas
veces incluso artificiales. En el futuro, posiblemente crearemos nuestros
propios cuerpos a partir de un conjunto de partes corporales.
Para contar una historia larga en pocas
palabras, las personas están muy confundidas con este asunto ¿Hay un alma o no?
¿Está dentro o por fuera de nuestro cuerpo? Nadie sabe la respuesta precisa, y
nadie tiene una explicación científica para este asunto.
Por lo tanto, las personas eligen las
teorías de acuerdo a su gusto. Numerosas hipótesis fueron creadas durante el
último siglo que significaron mucho dinero para sus creadores. Sin embargo,
hasta ahora, ninguna de esas teorías proporciona una verdadera respuesta a la
pregunta ya que no revelan plenamente el tópico.
Aquí, entra en escena la sabiduría de
la Cabalá. Esta
revela la realidad hasta sus últimas consecuencias: al Creador, el
alma, etc., ¡en otras palabras, todo! Aquí nada está oculto para nosotros.
Es por eso que la Cabalá es llamada una
“sabiduría secreta”. Esta estudia cosas que están ocultas de nosotros y las
convierte en obvias para aquellos que estudian esta ciencia. Por supuesto, uno
debe invertir mucho esfuerzo, pero seremos recompensados de acuerdo a este
esfuerzo. Es un lugar donde puede ser descubierta la veracidad, aun cuando
debemos recordar que la revelación de la Cabalá está condicionada por los cambios
internos del estudiante.
La sabiduría de la Cabalá no trata con
las actividades externas como rituales, amuletos, o ceremonias secretas. De una
manera muy precisa y clara, le exige a la persona que cambie internamente.
La demanda es muy rígida. Al ser controlados
por nuestros deseos de recibir, siempre pensamos en cuidar de nosotros mismos.
Esto nos hace “animales egoístas”. Piensen en ello, revísenlo, tomen
consciencia de su inclinación malvada, y transfórmenla en lo opuesto: la
intención por el bien del otorgamiento. Existe un poder especial que implementa
la corrección cuando trabajamos en el grupo.
De una manera u otra, la implementación
de los principios de la Cabalá debe ser muy clara y fácil para todos los que
quieran conocerlos. El problema está, digamos, en que nosotros somos perezosos.
Entonces, no hay demasiadas personas que hayan logrado revelar la verdad hasta
ahora.
La sabiduría de la Cabalá afirma que no
hay alma que habite en el cuerpo. Existe una vasija del alma que es también
llamada el “cuerpo del alma”, un deseo de recibir que está totalmente orientado
hacia el otorgamiento. Es una vasija corregida del alma, es decir, para
la Luz que la llena de acuerdo a la ley
de similitud de propiedades y la cual es llamada “Luz del alma”.
Así, si la persona se transforma en una
vasija que recibe la Luz, entonces la Luz entra en ella. Después, uno obtiene
un alma que le pertenece y que refleja el nivel de deseos con el cual ha
trabajado.
Existen cinco niveles de Luz del
alma: Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya,
y Yejida. En general, la persona debe alcanzar un alma grande,
común y reconocer su alcance espiritual en todo lo que existe a su alrededor.
Con respecto a los valores materiales,
éstos desaparecen, dejan de existir, ya que los sensores materiales son
imaginarios. Nos los entregaron temporalmente para que escapáramos de esta
realidad y saliéramos hacia la espiritualidad.
(“Cuerpo y alma”, kabbalah.info)
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