¡Siempre debemos esforzarnos por la
perfección! La persona se desarrolla sólo
debido a que camina constantemente por la línea correcta, lo cual es expresado
por la felicidad. Siempre debemos imaginarnos los buenos estados: los estados
de desarrollo, ascenso, espíritu elevado, admiración, la grandeza del Creador,
y la importancia de la meta.
Hacia esto debe estar dirigido todo
nuestro trabajo y preocupación para no permitir que el ego nos lleve a la
desesperación. Esto es muy importante.
A veces puede parecer que nos ahogamos
en la autocrítica y en la profundización seria y dolorosa de nosotros mismos.
Estos pueden ser considerados como signos de un gran hombre que trabaja en sí
mismo. Sin embargo, no estás trabajando en ti mismo, sino más bien siguiendo tu
egoísmo.
Ser serio no significa andar por ahí con
una cara triste, sino estar en una gran tensión, mantener constantemente la
sensación de la grandeza de la meta. Tú debes elevarte a ti mismo a la imagen
de la meta deseada, como la imaginas. Esto debe mantenerte en constante anhelo
y temor de ser capaz de alcanzar el estado de otorgamiento al Creador, de
agradarle a Él como agradar al amado.
Se nos dice: “No tengas otros dioses”.
¿Puedes imaginar una situación en la que sólo el Creador esté frente a ti como
tu meta constante? Si es así, debes desarrollar tu actitud hacia Él y entender
¿cómo, bajo qué condiciones, y en qué caso puedes otorgarla a Él? Sólo cuando
estás juntos con los amigos, anhelando estar con ellos. Es decir, tenemos un
deseo común, una dirección, en la que cada uno se conecta y se atrae a Él para
hacerlo feliz. ¡Después de todo, no hay nada más que podamos darle a Él!
Imaginar esta situación y vivir con este
anhelo es el estado inicial a partir del cual la persona comienza el movimiento
correcto hacia la meta. Esto se llama la línea derecha.
Cuando la Luz de la izquierda aparece
frente a esto, entenderemos que esto nos fue dado para que podamos aumentar la
línea derecha aún más, hasta que alcancemos el otorgamiento real. Podemos
alcanzarlo sólo si la línea izquierda crece, y nosotros avanzamos por encima de
esta.
(Consejo diario para el que está en el
camino, Escritos de Rabash)
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