Para alcanzar el balance con la integridad de la naturaleza,
debemos comenzar a tratarnos de forma diferente en todas las áreas de nuestra
actividad. Incluso si el cambio
es mínimo, incluso si es el 1%, pero si sucede en todo el mundo, traerá cambios
radicales, enormes cambios para mejorar.
En general, desestimamos las cosas pequeñas. Por ejemplo, en los
últimos 50 años la temperatura del mundo se incrementó 0.1% y miren la
clase de cambios que esto provocó: los glaciares en Alaska y en otros lugares
están fundiéndose, el nivel del océano se ha elevado varios centímetros, y el
clima está cambiando. Y todo esto fue causado por un simple cambio en el .1% porque
está sucediendo en todo el mundo.
De la misma manera, el diminuto cambio en cada individuo será
multiplicado por siete mil millones de almas que están absolutamente
interconectadas entre sí, una circunstancia que no estaba presente antes.
Existe ya una cercanía universal entre nosotros de cierta forma, y por lo tanto
este pequeño movimiento causará tremendos cambios, transformando al mundo de
forma extraordinaria.
El proceso actual está ocurriendo a una escala muy grande. Por
lo tanto, este pequeño cambio traerá muchas consecuencias en nuestras vidas.
Bajo condiciones de influencia mutua, cada persona influye a todos porque
estamos todos conectados en una sola red con nuestros pensamientos, deseos,
planes, etc. Los científicos ya están hablando de esto también. Como resultado,
nuestros pensamientos y deseos están acercándose e incluyéndose unos y otros.
Esto está creando una plataforma y un territorio completamente
diferentes para la existencia de la humanidad. A través de eso, nosotros, las
personas, multiplicamos nuestros cambios debido a la influencia de cada persona
en todos los demás. Un pequeño cambio en cada persona es multiplicado por siete
mil millones, mientras que siete mil millones de individuos interconectados
influyen en cada individuo con toda esa fuerza. Se crea una progresión
especial, como una bola de nieve que se hace cada vez más grande. Es como si
activaras una maquinaria cuya rotación se incrementa en virtud de la
multiplicación, en virtud de nuestra interconexión.
Las personas están en el nivel más alto de la naturaleza. La
fuerza de pensamiento y deseo que es inherente a nosotros excede todos los
otros factores. La fuerza más oculta es siempre la más grande. La fuerza del
nivel humano está por encima de las fuerzas de los niveles inanimado,
vegetativo, y animado de la naturaleza. Por lo tanto, con nuestros cambios,
influimos todo lo que nos rodea. Y los resultados no se reducen a la sociedad
humana. Al cambiar, llevamos a todas las fuerzas del mundo hacia el equilibrio.
Entonces el clima se normalizará, todo tipo de desastres
naturales se apaciguarán, y problemas como el déficit de energía y la
disminución de los recursos naturales serán resueltos. En cada área en la que
experimentamos problemas hoy, experimentaremos cambios y alcanzaremos el éxito
porque de esa manera creamos un equilibrio en todo el sistema natural, el cual
constituye un todo.
Por lo tanto, no sólo queremos hacer nuestras vidas un poco más
fáciles. Si observas la ley de la naturaleza en tu propio nivel, entonces, al
ser una persona, una criatura que se eleva por encima de los otros niveles de
la naturaleza, ejerces una influencia sobre ellos. Como escribe Baal HaSulam,
toda la naturaleza se eleva y desciende junto con el hombre. Esta no tiene la
libertad de elección para avanzar hacia el equilibrio. Sólo el hombre, quien
evocó el desequilibrio, es capaz de llevarla al equilibrio, a la unidad.
Toda la naturaleza se ajusta al hombre desde abajo, al ser un
sistema que solamente acompaña a nuestro sistema humano.
(kabbalah.info/es)
0 comentarios:
Publicar un comentario