La historia de Ramjal, una de las
imágenes más enigmáticas, interesantes e importantes de la historia del pueblo
hebreo.
Fue un gran cabalista que escribió más
de cien libros y estudiaba Cabalá, diseminándola en varios de los países de
Europa.
Se le conoce por su método innovador de estudio de la sabiduría de la Cabalá, adaptada especialmente para la juventud de la época. Paralelamente, Ramjal era un brillante poeta y escritor, de amplios conocimientos generales. A pesar de su grandeza, fue perseguido toda su vida por su propia gente, por no ser comprendido por ellos.
Ramjal nació en principios del siglo 18,
época poco acogedora para los judíos de Europa. El mundo judío se encontraba
aun en medio de los procesos de recuperación de los duros pogromos que se
desarrollaron en su contra durante el siglo anterior. Tras el auge y la caída
del movimiento mesiánico encabezado por Shabtai Tzvi, los judíos en las
comunidades europeas se tornaron sospechosos y muy encerrados en sí mismos.
Se sabe que en su niñez, Ramjal era
brillante, un genio, dotado de talentos especiales y una memoria
extraordinaria. Ya de pequeño deseaba conocer el secreto de la vida y su
origen, y comenzó a buscar respuestas a sus preguntas esenciales. Su deseo por
encontrar respuesta, lo condujo a la sabiduría de la Cabalá, la cual comenzó a
estudiar en edad temprana con Rabí Ishayahu Basan. A los 14 años conocía de
memoria los escritos de Arí y con17 años ya había escrito sus primeras
escrituras. Con los años, los rumores respecto a él se expandieron en su
ciudad. Un pequeño grupo de cabalistas que reconoció la grandeza de Ramjal, se
unió a él con la intención de aprender de él el método de elevación espiritual.
Pero fuera de sus alumnos, nadie le entendía.
Cabalista perseguido
“La sabiduría de la
Cabalá es solo conocer el gobierno del deseo superior, por qué creó todas esas
criaturas y qué quiere de ellas, y qué sucederá al final de todas las vueltas
del mundo” – Ramjal
Sus escrituras despertaron sospecha y
oposición entre los rabinos de la comunidad, que no entendieron la gran
profundidad de sus escritos. Esta oposición se convirtió rápidamente en falsas acusaciones
y en difíciles persecuciones. Obligaron a su maestro, Rab Basan, a que Ramjal
le prometiera que no publicaría nada sin su censura y sin que se revisara antes
por ellos o por su maestro. La promesa de su maestro, hizo que su escritura
menguara, aunque no se dio por vencido y comenzó a enseñar Cabalá de forma
verbal.
Cuando las persecuciones se agravaron y
se convirtieron en insoportables, Ramjal debió dejar su ciudad natal y en 1733
comenzó su viaje a Ámsterdam. Pero ni siquiera su viaje calmó a los rabinos
de Italia, y estos continuaron persiguiéndole y clamaron entregarles
cualquier información que pueda ayudar a justificar sus acusaciones contra
Ramjal. Dispersaron advertencias contra él en las grandes comunidades judías de
Alemania y Polonia. Y así, estando Ramjal en Frankfurt, fue atrapado por los
rabinos de la ciudad y citado a juicio bajo distintas acusaciones con el fin de
causar la quemada de sus escrituras. Pero los jueces no lograron encontrar nada
en sus escrituras que no obedeciera a las restricciones originales que le
fueron dictadas, pero igualmente sacaron una difícil sentencia que lo limitó
aun más: debió firmar un documento que le prohibía diseminar la Cabalá por
completo – ni por escrito ni verbalmente. El único manuscrito que llevaba
consigo, “El artículo del debate”, fue confiscado por los rabinos de la ciudad,
y se determinó que se discriminaría a todo el que le ayudara.
Durante sus viajes, Ramjal continuó
preocupándose por sus alumnos en Italia y mantuvo un continuo intercambio de
correspondencia. En sus cartas expresaba su amor y su preocupación y les
imploraba que continuaran sin miedo ni vergüenza estudiando el libro del Zohar.
El contacto que mantuvieron sus alumnos con él les provocó muchos
problemas y persecuciones, pero estos se negaron a prescindir de la única
oportunidad que tenían de ser sus alumnos.
En una carta especial que escribió,
Ramjal detalla sus prolongadas tribulaciones y las dificultades por las que
pasó durante las incesantes persecuciones. Más que nada se enfatiza el
sufrimiento que sentía por la prohibición de lo más importante para él: diseminar
la sabiduría de la Cabalá. El juicio en Frankfurt fue solo la apertura a una
serie de eventos que llevaron a la confiscación de sus escritos que fueron
declarados herejías y parte de ellos fueron incendiados. Frente a estas cosas,
es emocionante descubrir que incluso en medio de las persecuciones, continuó
Ramjal escribiendo libros y enviando cartas a sus alumnos que quedaron en
Italia.
Una gran Luz salió al
mundo
“El alma se expande en las partes del cuerpo y se
incluye en una sola norma en el corazón que comprende, porque la comprensión
del corazón es una visión, porque así como los ojos pueden ver, así es la
comprensión del alma que no es más que una observación.” – Ramjal, “Inmenso en
el cielo”, pág. 174
Después de haber llegado a Ámsterdam,
disminuyeron un poco las persecuciones. Precisamente allí muchos de los
miembros de la colectividad le pedían que les enseñara Cabalá. En este periodo,
Ramjal vivió una relativa calma durante la cual compuso sus más notables
libros, entre ellos “Mesilat Yesharim” (riel del recto) y “Derej HaShem”
(camino del Señor). Se cuenta que cuando el gran cabalista, conocido como el
“Gaon de Vilna” leyó por primera vez el libro Mesilat Yesharim, dijo: “Una gran
Luz ha salido al mundo” y que si Ramjal estuviera con vida (este cabalista
vivió unos años después de Ramjal), “iría a verlo caminando”, para aprender de
él su sabiduría.
Durante su vida Ramjal escribió unos 120
libros de estudio, lógica, poesía y obras teatrales. Pero en realidad, todos
sus escritos trataban de la sabiduría de la Cabalá. Fuera de esto, escribió
unos 150 cantos según el estilo encontrado en Salmos y muchas cartas.
Entre sus libros se destaca una pequeña
y especial composición llamada “Residencia Superior”, en la que describe
detalladamente la estructura del tercer templo. El “Tercer Templo” simboliza el
último y más elevado grado de corrección de la humanidad. Ramjal, que se
hallaba en lo alto de la escalera espiritual, sentía los estrechos vínculos entre
todas las almas que se revelan en ese estado y esto lo expresó en su artículo.
La generación no era
digna
En el año 1743, Ramjal llegó a la tierra
de Israel y se sentó en la ciudad de Acre. Sus últimos años están envueltos en
misterio. Lo único que se sabe es que Ramjal falleció junto a su familia dado a
una plaga mortal de peste que se expandió en la ciudad en la primavera de 1746
y que fue enterrado en la ciudad de Tiberiades.
Ramjal fue, sin duda, uno de los más
grandes cabalistas de la historia. Su gran influencia sobre los grandes
cabalistas que lo precedieron, empezando por Gaon de Vilna, que fue el único
que logró comprenderlo y hasta los últimos cabalistas de esta época – Rav Kuk y
Baal HaSulam. Precisamente en oposición a su gran deseo de diseminar la
sabiduría de la Cabalá, resalta la falta de capacidad de recepción de sus
contemporáneos, que lo persiguieron cruelmente y de esa forma hicieron un daño
inmenso al avance espiritual de las próximas generaciones. Bien dijo el gran
Maguid de Mezeritz (discípulo de Baal Shem Tov, fundador del Jasidismo) que la
generación de Ramjal no era digna de comprender su alteza.
Hoy en día somos testigos de la
realización de la visión de Ramjal y la esperanza de otros grandes cabalistas
que marcharon sobre sus huellas y como él, dedicaron sus vidas a la
diseminación de la sabiduría de la Cabalá. Ellos vieron la conexión directa
entre la diseminación de la Cabalá y el futuro del pueblo de Israel. El método
que soñaron difundir, se revela hoy a todos y conquista su lugar como el único
medio que puede llevarnos a la realización de la meta de nuestras vidas.
(kabbalah.info/es)
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