En el relato bíblico del paraíso hay una descripción del árbol
de la vida y el árbol del conocimiento. En ambos árboles están imbuidas las
instrucciones para establecer la correcta relación entre el Creador y el
creado. ¿Cuál es la estructura del alma de Adam HaRishón? ¿Cuál es el
significado cabalista escondido en el pecado del árbol del conocimiento? Y
¿Cómo corrige un cabalista este pecado?
“De todos los árboles del jardín comerás, pero del
árbol del conocimiento no comerás, porque al hacerlo, morirás”, (Génesis
2, 16-17).
Deleite, prohibición, vida,
muerte, pecado, castigo, árbol del conocimiento, árbol de la vida. En el relato
misterioso del paraíso, se encuentran todos los elementos que componen un drama
clásico. Muchas leyendas se han escrito acerca de lo que allí ha acontecido o
no. La sabiduría de la Cabalá viene al rescate, proveyéndonos una explicación
fiel acerca del significado verdadero.
Según la Cabalá, la historia
del paraíso es en realidad, una colección de instrucciones de operación para la
restauración del alma quebrada que existe en cada uno de nosotros.
Tal como lo describe el Rabash (Rabí Baruj Shalom
Ashlag) en su artículo (no. 10 del 1984), el Creador creó una sola
alma, llamada Adam HaRishón (El Primer
Hombre, en hebreo):
“…todas
las almas vienen del alma de Adam HaRishón,porque después del
pecado del árbol del conocimiento, esta alma se dividió en seiscientas mil
almas. Esto quiere decir que lo que tenía Adam HaRishón como
una sola Luz en el Jardín del Paraíso, denominada en El Zohar "Zihará Ilaá(Luz
Superior), se dispersó entonces en múltiples partes”.
“Resulta que cada uno nace con un solo fragmento del alma
de Adam HaRishón, y cuando lo corrige ya no tiene que reencarnarse”, (Rabash, artículo no. 12, 1984).
Al ser creada, se encuentra esta alma en el estado llamado Jardín del Paraíso. Según la Cabalá,
está compuesta de 613 deseos que se dividen en dos tipos:
1. Árbol de la vida – 248 deseos puros, refinados, a través de los cuales podemos
acercarnos al Creador, por lo que es permitido usarlos, realizarlos.
2. Árbol del conocimiento – 365 deseos ásperos, impuros, los cuales nos alejan del
Creador, por lo que inicialmente, está prohibido usarlos.
En la Cabalá, la palabra “prohibido” se refiere a “imposible”
y la palabra “permitido” a “posible”. De aquí que el objetivo del
decreto que permite comer del árbol de la vida –lo cual significa usar,
realizar los 248 deseos- es explicarle al creado cuáles son los deseos que puede utilizar para acercarse al
Creador. En contraste, la prohibición de comer del árbol
del conocimiento -usar, realizar los 365 deseos- le indica al creado de qué deseos tiene que cuidarse para no desprenderse del
Creador.
Pecado prediseñado
“…no podía ingerir del árbol del conocimiento con la intención de otorgar, sino que
lo ingirió con la intención de recibir. Esto es llamado ‘el aspecto del
corazón’. Es decir que el corazón quiere únicamente lo que le trae beneficio
propio. Y este fue el pecado del árbol del conocimiento”, (Rabash,
Artículo no. 12, 1984).
Y efectivamente, después de haber comido del árbol del
conocimiento, pese a la prohibición, Adam HaRishón se entera
qué difícil le es mantener la relación con el Creador. Los 365 deseos grandes
que simboliza el árbol del conocimiento se revelan y Adam HaRishón pierde
control. Sin embargo, hay que entender que este pecado no era casual, sino
predeterminado. El objetivo de este pecado era traer el creado, a fin de
cuentas, al estado en el que pueda usar, realizar todos sus 613 deseos plena e
ilimitadamente.
No obstante, como resultado de este pecado, todos
los deseos pasaron un proceso de rompimiento, tal como un rompecabezas en el
que todas sus partes se han separado y mezclado entre sí, hasta que es
imposible saber adónde pertenece cada pedazo. Es así que Adam HaRishón perdió
la habilidad de usar incluso los 248 deseos que podía utilizar
anteriormente.
En este proceso de quebramiento, se dividió el alma de Adam
HaRishón en múltiples almas particulares, y éstas descendieron al
lugar más distanciado del Creador, este mundo. En cada uno de nosotros existe
una parte rota de aquella alma general de Adam HaRishón, y aunque
no lo sintamos, dentro de cada una de nuestras almas latentes, existen dos
tipos de deseos, mezclados entre sí, los deseos permitidos, y los
prohibidos.
El despertar y reconstrucción de nuestra alma se realiza mediante la Luz que Reforma, que se atrae a través
del estudio, desde las fuentes auténticas de la Cabalá. Primero, tenemos que
separar los deseos ásperos de los refinados, o sea, entre el árbol del
conocimiento y el árbol de la vida, y luego, adquirimos la plena capacidad de
utilizar y realizar correctamente ambos árboles en conjunto, es decir, todos
los 613 deseos del alma, experimentando una existencia plena y segura, lo cual
fue desde un principio, la Meta de la Creación.
(kabbalah.info/es)
Material relacionado:
Jardín de Eden, Árboles del jardín, Árbol del conocimiento del bien y el mal
El alma de Adam HaRishon
(kabbalah.info/es)
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