La Cabalá nos explica que toda la Creación, incluyéndonos a nosotros, constituye un deseo: el deseo de disfrutar. Este deseo fue creado por lo que los cabalistas llaman “Luz” o “el Creador”. A medida que la Luz influía en el deseo de su creación, el deseo pasaba por varias etapas de desarrollo, hasta que se rompió en pequeños deseos particulares llamados “almas”. Y este es el origen de las personas que habitan en este mundo, nosotros
Pero, aún cuando existimos en el cuerpo y nos identificamos con él, ha quedado una partícula espiritual, una chispa de la Luz en cada uno de nosotros. Esta chispa es una aspiración por regresar a nuestra raíz, el Creador.
Sin embargo, puesto que vivimos en los cuerpos físicos, también experimentamos otras aspiraciones, deseos por aquello que conocemos en el nivel físico de la existencia. La Cabalá divide estos deseos en deseos corporales y deseos humanos; los deseos corporales son los que nuestro cuerpo pide, como la comida, un alojamiento y el sexo. Los deseos humanos son los deseos de satisfactores que obtenemos en sociedad, como la riqueza, la fama, el poder, el honor y el conocimiento.
Cuando empezamos a dar más atención a nuestra chispa espiritual, la aspiración por el Creador, nutrimos esa chispa y la ayudamos a crecer. Comenzamos por lo tanto, a identificarnos con nuestra existencia espiritual, más allá de los límites de tiempo y espacio, en donde existimos como almas.
Esto es exactamente lo que la Cabalá nos ayuda a hacer: nutrir y cultivar nuestro componente espiritual, la chispa de Luz que nos conecta con nuestra raíz. Con los libros de Cabalá podemos ponernos en contacto con la existencia espiritual, puesto que los cabalistas escriben para nosotros desde su propia experiencia de la existencia espiritual. Es como si ellos nos lanzaran una cuerda y todo lo que tuviéramos que hacer es agarrarla, esto es, leer sus libros correctamente.
El primer paso para aprender a leer un libro de Cabalá correctamente es tomar en cuenta que uno está leyendo sobre cosas que ocurren en un nivel espiritual elevado. En otras palabras, el texto nada tiene que ver con este mundo o nada conocido. El hecho es que no hay forma de entender nada en el texto y captarlo intelectualmente, porque no se tienen antecedentes de ello. Lo único que se puede hacer, mientras se está leyendo es desear comprender, desear desarrollar los discernimientos interiores que coincidan con el texto con el fin de captarlo. Y cuando lo llevemos a cabo, lo que realmente va a suceder es la creación de una sensación fundamentalmente nueva y espiritual en nuestro interior..
Dependiendo de qué tanto deseamos que esta transformación ocurra mientras leemos el libro de Cabalá, nos agarramos de la cuerda que los cabalistas nos lanzan y la utilizamos para trepar al nivel espiritual más elevado que el texto está describiendo. Nos exponemos a la influencia de ese nivel y nos conectamos con él, para empezar a tener la sensación de eternidad y perfección, exactamente igual que cuando fuimos creados por la Luz.
Pero, aún cuando existimos en el cuerpo y nos identificamos con él, ha quedado una partícula espiritual, una chispa de la Luz en cada uno de nosotros. Esta chispa es una aspiración por regresar a nuestra raíz, el Creador.
Sin embargo, puesto que vivimos en los cuerpos físicos, también experimentamos otras aspiraciones, deseos por aquello que conocemos en el nivel físico de la existencia. La Cabalá divide estos deseos en deseos corporales y deseos humanos; los deseos corporales son los que nuestro cuerpo pide, como la comida, un alojamiento y el sexo. Los deseos humanos son los deseos de satisfactores que obtenemos en sociedad, como la riqueza, la fama, el poder, el honor y el conocimiento.
Cuando empezamos a dar más atención a nuestra chispa espiritual, la aspiración por el Creador, nutrimos esa chispa y la ayudamos a crecer. Comenzamos por lo tanto, a identificarnos con nuestra existencia espiritual, más allá de los límites de tiempo y espacio, en donde existimos como almas.
Esto es exactamente lo que la Cabalá nos ayuda a hacer: nutrir y cultivar nuestro componente espiritual, la chispa de Luz que nos conecta con nuestra raíz. Con los libros de Cabalá podemos ponernos en contacto con la existencia espiritual, puesto que los cabalistas escriben para nosotros desde su propia experiencia de la existencia espiritual. Es como si ellos nos lanzaran una cuerda y todo lo que tuviéramos que hacer es agarrarla, esto es, leer sus libros correctamente.
El primer paso para aprender a leer un libro de Cabalá correctamente es tomar en cuenta que uno está leyendo sobre cosas que ocurren en un nivel espiritual elevado. En otras palabras, el texto nada tiene que ver con este mundo o nada conocido. El hecho es que no hay forma de entender nada en el texto y captarlo intelectualmente, porque no se tienen antecedentes de ello. Lo único que se puede hacer, mientras se está leyendo es desear comprender, desear desarrollar los discernimientos interiores que coincidan con el texto con el fin de captarlo. Y cuando lo llevemos a cabo, lo que realmente va a suceder es la creación de una sensación fundamentalmente nueva y espiritual en nuestro interior..
Dependiendo de qué tanto deseamos que esta transformación ocurra mientras leemos el libro de Cabalá, nos agarramos de la cuerda que los cabalistas nos lanzan y la utilizamos para trepar al nivel espiritual más elevado que el texto está describiendo. Nos exponemos a la influencia de ese nivel y nos conectamos con él, para empezar a tener la sensación de eternidad y perfección, exactamente igual que cuando fuimos creados por la Luz.
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