La violación del equilibrio Todas las fuerzas de la naturaleza, con la excepción del ego humano se encuentran balanceadas. Todas ellas forman un sistema único de fuerzas naturales, cuya armonía altera sólo el hombre. Todo en la naturaleza esta interconectado y aspira a un equilibrio dentro de sí mismo y con la realidad que lo rodea. La violación en la semejanza lleva a la violación del equilibrio y si se traspasan los límites del equilibrio, el organismo inicia su desintegración. La posibilidad de restaurar el equilibrio es la condición para la vida.
Surgimiento de un conflicto
Ninguna criatura en la naturaleza se relaciona con las demás con la intención de lastimar, utilizar, o explotar. Ninguna otra criatura siente placer al suprimir a otras o goza con su sufrimiento. Sólo el hombre goza con el dolor ajeno. El uso egoísta - con la intención de elevarse a expensas de sus congéneres - de los deseos humanos lo lleva a un desequilibrio muy peligroso con el mundo que lo rodea. Nuestro egoísmo es la única fuerza destructiva en el mundo. Es por esto que el mundo no podrá existir a menos que el hombre cambie su actitud egoísta hacia la humanidad.
El altruismo es el principio de la vida
Por otra parte, el altruismo existe en la naturaleza y es esta fuerza que se preocupa por el bienestar de sus semejantes.
Algo que recibe de su medio ambiente y da a su vez se le llama un organismo vivo. Cada organismo vivo consiste de una combinación de células y órganos que trabajan juntos mientras se complementan uno al otro. En este proceso tienen la obligación de conceder, influir y ayudarse mutuamente. La ley de integración de las células y de los órganos de acuerdo al principio altruista “uno para todos” es efectivo en todos los organismos vivientes.
El egoísmo de una partícula conduce a la muerte del todo
Si la célula de un organismo vivo empieza a actuar de una manera egoísta con respecto a las demás células, se vuelve cancerosa, mata al cuerpo entero y por consecuencia a sí misma. Una célula cancerosa se divide constantemente. Devora todo a su alrededor sin ninguna obligación para el resto y no reacciona ante los dictados del organismo. Lo mismo se aplica al egoísmo en la naturaleza; al desarrollarse por sí mismo, lleva a todos, incluso a sí mismo a la muerte.
El altruismo en el programa de la naturaleza
Únicamente interactuando como un todo pueden las células existir, desarrollarse y multiplicarse. De lo contrario, la ley general de la naturaleza (como sistema común) va a intentar influirlo de un modo opresivo. La ley de interacción altruista funciona en todos las cosas creadas, excepto en el hombre. Al hombre se le dio el libre albedrío para que tome consciencia que el altruismo es indispensable y observe esta ley general de la naturaleza.
Documento final de La Crisis
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